lunes, 26 de mayo de 2014

Revuelta vecinal contra el pago de las rentas al monasterio de Ermelo

El día 11-6-1810, entre 5-6 de la tarde, en la casa del Priorato de Ermelo estaban el escribano Juan Antonio de Ribas. Levantaba actas de la recaudación de rentas a petición de Fr. Agustín García Hevia, prior del monasterio y representante del abad de Poio, administrador de las rentas del valle del Morrazo,  jurisdición de Cangas, Coto de Meyra, Aldan, Bon (sic) – Bueu- y Villar”.

A continuación este escribano describe como entraban en el monasterio dentro del zaguán y patio della... un instrumento tropel de homes armados con escopeta, fusiles, ozes, chuzos y palos, , que por el bulto que hacían y estar en las calles del Pueblo llenos de ellos, se veía a juizio prudente como dos cientos hombres poco mas o menos, con la depravada intención, segun lo manifestaron por sus hechos posteriores, de sorprender la casa, arrancarme de mano maior la Provisión, ultrajarnos, robarnos, y llenarnos de oprobio, y vituperios, pues sin dar lugar abrir las puertas cerradas...
El que escribano continúa describiendo el motín, poniendo una serie de calificativos subjetivos a las intenciones de los amotinados recalcando, sobre todo, en la idea última: el recibo de pago, que era el IMAN de sus pérfidas maquinaciones.
Constata también, para que a los tales sirva de castigo y a otros de freno a los sucesivo a contener semejantes desordenes” os nomes dos cabecillas da revolta: “Ventura Gonzalez de oficio Sastre, Antonio Marco, Domingo Guimaran, Francisco Souto, Francisco Gallego, Domingo Villar, Martin Pereira, Miliciano cumprido, veciño da freguesia de S. Martiño de  Bueu e do Lugar de Meyro...” y hasta del encargado de tocar la trompeta o bucinapara la reunión previa a los hechos.
Según Juan Antonio de Ribas, se resistió a entregarles las Reales Comisiones y hasta les avisó de las fatales consecuencias a las que se exponían. A lo que ellos mismos le solicitaron que suspendiera todo el procedimiento de cobrar la renta, pues la gente, por quien lo hacían, estaba amotinada, sublevada y decida con las armas a no pagar  renta alguna, para eso querían recibos firmados cómo pagadas y así sería hasta que hubiera Rey, pues entendían que no lo había, ni sabían por dónde andaba, con quien estaba...
A lo que el escribano les hizo las “más serias y adecuadas reflexiones asegurandoles que Nuestro Monarca era Fernando VII a quien habiamos reconocido y jurado...”.

Ante el cariz que iban tomando los acontecimientos el escribano dice que intentó convencerlos de que pagaran aunque fuera la mitad para subvenir no solo el preciso sustento de los Monges, sino también de la Contribución Patriótica. Actitud y palabras que consiguieron dividir a los sublevados que  lograron, por lo menos, suspender el acto de recaudación y que evitaron que ocurrieran cosas peores.

Nota: La transcripción del texto original del legajo de la Sección Clérigo del Archivo Nacional puede verse íntegra en el Libro “San Xoán de Poio” de Sergio Vázquez Rouco pág. 120-121 o comunicándomelo en este enlace al que trataré de darle respuesta lo antes posible.

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