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domingo, 1 de abril de 2018


Corren tiempos en los que los presos, las fugas, etc. están en el día a día ... Y esa misma insistencia en las crónicas de los medios de comunicación ha hecho aflorar el documento que les voy a presentar hoy y que habla de la primera[1] de dos fugas sonadas de presos del calabozo del ayuntamiento de Bueu ocurrida en el año 1900. 
El oficio que nos va a servir de guía de lo acontecido viene de la mano del mismo “carcelero” cuya explicación no sabemos si convenció al alcalde o no, pues el relato parece, cuando menos, un tanto novelado...
Pero veámoslo transcrito íntegramente:
Señor Alcalde municipal de este Ayuntamiento de Bueu[2],

Matías Jxxxxx Pxxxxxx vecino de esta villa y encargado por V. de la custodia del que se dice llamar Balbino Sxxxxxxx Pxxxxxx detenido en el depósito municipal por vendedor de Pólvora, a V. le manifiesto: Que hallándome dentro de dicho depósito con este individuo abalanzose sobre mi poniéndome una navaja de afeitar al pescuezo a lo que me intimidé y mientras tanto se apoderó de la llave, franqueó la puerta y se fugó.
Lo que participo a V. para su conocimiento y demás efectos por medio del presente que no firmo por no saber. Verificándolo a mi ruego los que suscriben en Bueu a nueve de junio de mil novecientos.
(asinan) Franco Rúa  e  José Bon


[1] Ya que, de la segunda, de consecuencias funestas, ocurrida el 7 de diciembre de 1936, puede leerse, con una pequeña biografía y acontecer de cada uno de los huidos, en la revista ‘Crónica da represión en Bueu’ de abril 2007, pág. 5-6, editada por la Asociación Amigos de Johán Carballeira.
[2] Miguel Nogueira Fráguas

domingo, 11 de febrero de 2018


Ya en la revista O Candil nº 24 titulado “100 anos de Entroido en Bueu[1], página 8, había puesto una referencia a dos comparsas, que actuaran por las calles de Bueu en el año de 1900: una infantil, dirigida por el músico Miguel Paratcha y otra llamada “LA JUVENTUD DE BUEU” bajo la batuta de José Estévez (de la Graña) que también le había musicado unas letras del maestro Ramón Bares Fariña. En la nota se menciona que van vestidos con trajes de la época de Felipe V, así como que el sastre que los confeccionó había sido el vigués Remigio Gómez.

Pero de lo que quiero ahora hacerles partícipes es de la repercusión de esta comparsa bueuense en la ciudad de Vigo: Según la portada del Faro de Vigo del 25 de febrero de 1900 en la ciudad olívica “Los aficionados a las emociones propias de estos días de carnestolendas están en desgracia. El Carnaval promete dar poco de si...”. En esta misma crónica se anuncia vendrá una comparsa de Bueu el Lunes de Carnaval diciendo que “Los que la forman visten trajes de pajes de la época de Felipe V. Cuentan con un variado repertorio[2] que dejaran oír ante la residencia das autoridades y el domicilio de los periódicos. Luego recorrerán las calles de la población, deteniéndose a tocar y cantar en algunos puntos.”
En los albores del siglo XX estaba el carnaval de Bueu dando muestras de su buen hacer por los pueblos de los alrededores y abriendo camino a otras muchas comparsas como la citada infantil del Sr. Paratcha que fueron por Marín y Cangas o, por poner algún ejemplo, As Pirilleiras, Os Mulos[3] e Vou nun Vou actuando con Xarángallo Mángallo en Marín.



[2] Eran “5 bonitos bailables
[3] Actuaron también en Lalín.

martes, 1 de diciembre de 2015

Puede que muchos de vosotros nunca hayáis oído hablar de Darío Lameiro.
Darío Lameiro Sarachaga (1849-1928) era un empresario vigués que tenía[1] dos fábricas-almacén de salazón en la Playa de Beluso  y otra en Balea (Cangas),...[2]
Cierto día, a mediados del mes de junio del año 1900, recibió una carta anónima que le exigía 25.000 pesetas a cambio de no “quemarle las entrañas después de quemarle las fábricas”. La cantidad debía depositarla al pie de un gran pino que había cerca del camino (hoy carretera) que va de Bueu a Beluso.
Avisada la Guardia Civil ésta le aconsejó seguir las instrucciones de la nota pero no sin antes apostarse cuatro guardias civiles en distintos puntos para vigilar la recogida de la caja con el supuesto botín.
Efectivamente, fue sorprendido “in fraganti” el extorsionador que vino a ser un padre de familia -tenía cuatro hijos-, vecino de Bueu que, desesperado por las penurias familiares, lo llevó a maquinar tal delito. 
El Sr. Lameiro conociendo las circunstancias que condicionaban al autor de este acto quiso perdonarle y que lo dejasen  en libertad. Pero la Guardia Civil no lo consintió y lo puso la disposición del juez municipal de Cangas.



[1] A finales del s. XIX y primeros años del s. XX
[2] Comprara la casa-salazón de la familia Roura (en Beluso) para vendérsela posteriormente a los Prieto. También era propietario de la fábrica de la Roiba.

sábado, 21 de noviembre de 2015

En cumplimento da Ley de 13 de marzo de 1900 el alcalde de Bueu, D. Miguel Nogueira, presidió una reunión con los patrones y obreros de este ayuntamiento. Lo primero que hacen es dar lectura a la Real Orden que regula el trabajo de los niños menores de dieciocho años y mujeres menores de veinte y tres años. Para controlar el cumplimento de estas regulaciones, y tal como recoge la Real Orden, dichos patrones y obreros procedieron a la constitución de una Junta Local y nombramiento de sus vocales que quedó como sigue:
         Vocales de la patronal             Vocales de los obreros
Juan Tapias Puig               Juan Cerviño González
Salvador Massó Ferrer      Emiterio Couso
Darío Lameiro                   Juan Abilleira Pousada
Francisco Prieto                 Juan Martínez Barreiro
Manuel Fontáns                 Manuel Gómez
 Manuel Martínez Veiga    Jesús Bernardez
(En nombre de José R. Curbera)
 También fueron nombrados vocales los párrocos de Bueu, Juan Martínez Casamande, y de Beluso, José Ferro Baliña.

Remataron la sesión constitutiva de la Junta Local de Reformas Sociales con la elección de Secretario que recayó en Juan Cerviño y, coma sustituto de este, Salvador Massó.

Las resoluciones de esta Junta en las primeras sesiones, y por la influencia de los curas párrocos, estaban centradas en la prohibición de trabajar los domingos y festivos. Y así llegamos a 1903 y seguimos a ver “que a pesar de lo acordado por esta Junta en sesiones anteriores, es hoy en día que se sigue por los Fabricantes de esta localidad admitiendo al trabajo en los domingos y días festivos a las mujeres de todas las edades y niños menores de dieciocho  años en oposición abierta al último párrafo del artículo 6º de la Ley de Reformas Sociales...”. Por lo que se pide “se le imponga a los patrones las multas correspondientes por tales infracciones”. Todo quedó en que se les pasaría un aviso a la patronal... y a partir de aquí lo único que se constata son cambios de nombres de los vocales pero ninguna otra resolución ni a favor ni en contra de los trabajadores ni de la patronal 

lunes, 1 de septiembre de 2014

En agosto del año 1900, el coadjutor de Bueu, D. Manuel Carreiro Martínez es denunciado por el también cura ecónomo de Sta María de Tourón D. Zoilo Poza Lueiro para que le pague la deuda de 8.018 reales equivalentes a 2.004,5 pesetas (hoy unos 12,04 €) que había contraído cuando era coadjutor de Mourente.
El dinero se debe por préstamos y pagos que había facilitado D. Zoilo al coadjutor de Bueu. Se lamenta el señor Zoilo, que siendo los dos curas tenga que acudir al juzgado y que lo hace por la “resistencia pasiva” de D. Manuel Sendero.
Lo curioso es que el coadjutor dijo que no eran ciertos los hechos y que no le debe nada a dicho demandante.

El representante legal de D. Zoilo, que en todo momento quería solucionar el caso de manera amistosa, ante estos hechos despliega una larga batería de preguntas donde expone con todo lujo de detalles, nombres, lugares, motivos, cantidades, todos los préstamos y el porqué de los mismos (case siempre por dificultades económicas de la familia del coadjutor o por herencias). Incluso mencionó que de no haberlo ayudado este, ahogado por las deudas, se iba a marchar para América y que gracias a la ayuda, como cura y amigo, había podido hacer frente a casi todos los pagos.
Desconocemos cual era la cara que ponía el coadjutor ante la lectura de los cargos pero sí que se afirmó en sus primeras palabras de que no tenía deuda alguna con el demandante.

El resultado del juicio posterior a este acto de conciliación también la desconocemos… “Amigos, sí, pero la vaca por lo que vale…