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jueves, 13 de febrero de 2025

 Hace unos días estábamos un grupo de amigos hablando de arqueología, de cómo los romanos procesaban los minerales y modelaban el paisaje (como las Médulas) ... Todo un batiburrillo alrededor del tema ...

Fíbula previsigótica de Bueu
Quizás por lo del oro apareció “la fíbula previsigótica” hallada en Bueu y hasta acudimos a la entrada de mi blog (1) para  ver la fotografía y comentar alguna cosilla...
Esa conversa me hizo pensar en otros hallazgos relevantes, esos que un pequeño grupo conoce, pero de los que “nadie sabe nada...” Me refiero, por ejemplo, a la vasija con monedas de oro que había encontrado BBM en una finca en Bueu y que “uno de Beluso” que tiña un barco trabajando en la costa portuguesa fue el encargado de venderlas poco a poco en el país vecino.(2)
Pote creado con ChatGPT 
El espolio non se ciñó solamente a la mencionada vasija, y por citar alguno más nombraré, de forma genérica, los hallazgos en finca o parcelas de montes que en otros tiempos fueran castros o lugares de enterramiento (dólmenes). Estoy pensando por Beluso, Cela, Cividade...  y haciendo caso a los “dicen que” (como aquel que toca de oído y quisiera llegar a músico virtuoso...
)
Vamos darle una vuelta al tema. Para ello pondré, telegráficamente, unos ejemplos sencillos, pero documentados (3) ,  de hallar “pequeños tesoros” en forma de dinero y, cumpliendo con la ley, se entregaron a las autoridades.


  Hallazgo de 20 pesetas – 1925 (4)

En octubre de 1925, un niño de A Graña encuentra en la Banda do Río 20ptas (tres billetes de 5 pesetas, dos de dos y uno de una peseta). El niño se lo entregó a su madre y esta hizo lo mismo en la alcaldía (5), que luego emitió un bando del hallazgo. Apareció una vecina de A Banda do Río, Lorenza Agulla, justificando ser la propietaria por lo que el alcalde le devolvió los dineros allí depositados.
 

Billete de Banco de España (de 25 pesetas) – 1926 (6)
En marzo de 1926 un niño de 7 años encontró en la calle Montero Ríos un billete de 25ptas del Banco de España. Al verlo se lo reclamó una vecina y lo recompensó con una “perra chica” (1 céntimo). Enterada la madre del niño fue a reclamarle el billete y comenzaron una discusión subida de tono en la que tuvo que intervenir el guardia municipal, Manuel Palmeiro, que se hizo con el billete hasta que la alcaldía resolviese el litigio.

El alcalde, Camilo Davila, interrogó a todos los implicados y al no poder aclarar a quién pertenecía el billete, mandó entregarlo a la madre del niño que lo encontrara.


Hallazgo de 10 pesetas - 1928 (7)

En octubre de 1928 el hijo de un carabinero del puesto de Bueu encontró 10ptas en metálico en la calle. Cantidad que, a ser publicada pola alcaldía, fue reclamada por una mujer de O Valado indicando que era el jornal que cobrara de la fábrica de Massó y que lo había perdido hacía cinco días. Todas las explicaciones eran coincidentes: fecha de cobro y pérdida, posición y doblado de los billetes, distribución de las monedas (una de cinco pesetas, otra de dos pesetas y tres de una peseta) y características y defectos que tenía el sobre (ya que le faltaba la parte superior).  

    Estando todo tan claro, e alcalde Camilo Davila mandó entregar las 10 pesetas  a María Reimúndez, que así se llamaba la señora.

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El billete de 50 pesetas – 1930 (8)

En julio de 1930, siendo alcalde Francisco Domínguez Cabanillas, una niña de Beluso, encontró en la calle E. Vincenti (frente al ayuntamiento) un billete de 50ptas. Este quedó en depósito en la alcaldía y fue anunciado(9)  según la ley (Código civil, artículo 615).

Pasados casi dos años, en el mes de diciembre de 1932 y al no haber aparecido el dueño/a del billete, madre e hija reclaman que, cumplidos los trámites, son ellas las verdaderas propietarias de las 50ptas.
Efectivamente, el alcalde, Luís Prieto manda se le entreguen.

Dinero en un paquete de tabaco ± 1960

Un amigo mío, siendo niño (9-10 años) andaba a gandulear por el muelle nuevo de Bueu (10) cuando vió flotando en el mar un paquete de tabaco de color rojo de la marca Jean. Con un palo consiguió traerlo hacia las escaleras del muelle, y cuál sería su sorpresa que tenía dinero en billetes, doblados dentro. Todo contento los llevó para casa y orgulloso de los entregó a su madre. Ésta lo que hizo fue darle un tremendo rapapolvo porque sabe dios donde encontraría el paquete... Nunca supo que se hizo con el dinero y nunca preguntó...

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Quizás haya más casos escondidos por las estanterías del nuevo Archivo o por la memoria de la gente, pero eso lo dejamos para otras posibles entradas...
No quiero rematar sin hacer referencia, y mostrar mi agradecimiento (creo que compartido con muchos) a las personas que hallaron objetos que son patrimonio de todos y que lo entregaron con generosidad: Las columnas de la domus romana que entregó Pin Cabanillas, los elementos del 1º horno y alfar de Pescadoira por Manuel Vázquez Vázquez (11) , aras romanas de Sabarigo y Meiro etc.   


1 - Entrada del 24 de febrero do 2013 en el blog  https://villadebueu.blogspot.com 
2 - Con una comisión, y por el peso en oro…
3 - Para eso Bueu tiene el privilegio de custodiar un Archivo amplio en contenido y generoso en la custodia.
4- Archivo Municipal de Bueu (AMB). Carpeta 2609/20
5- En ese momento estaba el teniente de alcalde Francisco Miranda como alcalde en funciones
6- AMB Carpeta 2609/21
7-AMB Carpeta 2609/22
8-AMB Carpeta 2609/27
9-En el tabón de anuncios del ayuntamiento y, posteriormente en el mes de noviembre en el Faro de Vigo
10-Siempre gustó del mundo del mar y del ambiente marinero.
11-Que no solamente entregó al Museo de Pontevedra sino que él y Pedro Díaz estudiaron y publicaron en el folleto: Noticia preliminar del primer horno y alfar de ánforas gallegas, 1988.





viernes, 1 de marzo de 2013

En el día de ayer hizo 109 años que salía a la luz pública la primera información de hallazgos arqueológicos en la playa de Pescadoira de Bueu. Aparecía esta noticia en un periódico con sólo catorce días de vida “LA VOZ DE BUEU” en su número tres de 1904.  Aunque el hallazgo se había producido hacía casi 70 años antes  (en 1834) y estaba descrito en un segundo artículo titulado “De Bueu” en los siguientes términos:
“Habrá como unos setenta años, se edificó en esta calle de la Playa una casita de cortas dimensiones para establecer una panadería. Al abrirse los cimientos, se encontró un muro de piedra, como de perpiaño, de unas cinco o seis varas de largo, por dos de alto con una ventanita de cortas dimensiones, y a su pie duna porción de residuos de carbón de piedra. Dicha casita, después de servir a su dueño, pasó al dominio de otro, quien edificó en ella una fábrica de salazón, transformada hoy en conserva, y, al ensanchar sus cimientos se descubrieron barreños, fuentes, platos y tazas de barro encarnado, dando a entender este hallazgo, que allí hubo anteriormente habitantes a quien el mar debió cubrir en su violenta invasión. Varios capitanes e buques y aun simples marineros han sondeado los espacios que median entre la isla de Sálvora, Ons, Cies y la punta de Bayona y afirmaron que existía una restinga de bastante elevación para sospechar que dichas islas estuvieron unidas en antiguos tiempos,…”
Todo esto ha quedado en la memoria de algunos pero el tiempo se ha encargado de borrarlo y… no sería hasta casi treinta años más tarde cuando la Sociedade Arqueológica de Pontevedra y, sobre todo, persoas inquietas como Álvarez  Limeses, Xurxo Lorenzo, Álvaro das Casas, C. Sampedro, García Alén, Filgueira Valverde... y los bueuense Gaspar Massó, Jorge Santos, Enrique Massó, etc. comenzaron a dar a conocer nuestro patrimonio más antiguo.

martes, 26 de febrero de 2013

Que en los primeros siglos de la era cristiana la actividad industrial, sobre todo romana, era relevante en la parte norte de la Playa de Bueu está cada vez más evidenciada por los miles de grandes y pequeños hallazgos en las puntuales “actuación de urgencia"[1] ordenadas por quienes tenían que velar por nuestro patrimonio. Pero esto será la letra de otra canción…
Foto: Fibela de Bueu. Museo Pontevedra
Lo que quiero poner en valor para que lo conozcais y estéis orgullosos de lo vuestro es que en Bueu se ha encontrado una de las pocas fibulas[2] de oro previsigóticas. O como decía en el Anuario de prehistoria madrileña de 1933-35 el profesor Hans Zeiss de la Universidad de Munich al recoger como relevante el “tipo característico de las sepulturas de los primeros invasores (“previsigodos”) de la península los hallazgos de pequeñas fíbulas de oro como las de Beja (Portugal),  de Bueu (Pontevedra), Instituto de Valencia de Don Juan e outras de localidades desconocidas. La excepcionalidad das fíbulas de oro encontradas, cinco, hablan de su importancia.[3] (…) E los enterramientos visigóticos de la peninsula era costumbre poner a los muertos útiles de la vida diaria: vestidos, fíbulas, cuchillos...  

 Otras referencias de la fíbula de oro hallada en Bueu:
Los datos del hallazgo son muy escasos, poco precisos y con errores, no todos imputables a la Sociedad Arqueológica de Pontevedra. Filgueira Valverde/García Alén en la “Carta Aqueológica” (1953. Páx. 195) dicen "Al construirse la fábrica de conservas de Barreras[4], se encontró una pequeña hebilla de oro, sin decoración. Con ella se hallaron tégulas romanas y apareció una construcción de "perpiaño" (sic), con nichos[5]. Se conserva en nuestro Museo [de Pontevedra] la hebilla, Cat. Núm. 2890".

En referencias posteriores como las de Álvaro Rodríguez Resino o Pérez Rodríguez Aragón datan la fíbula como del primer tercio del siglo V.  A parte de describirla como “una fíbula aúrea de aro circular y aguja cónica, adelgazada y curvada en el extremo, sobre el borde del aro. Su diámetro es de 2,7 cm. (…) La pieza de Bueu puede asociarse con la presencia de vándalos o alanos[6]”. Pero dado que la parte occidental de la Gallaecia ha estado ocupada por los suevos “la fíbula circular de oro con aguja habría que atribuirla, por localización geográfica” a los suevos”.

[1] “Mirame, coge lo que puedas y déjame tranquilo”
[2] Hebilla o broche antiguo que se usaba para sujetar las prendas de vestir
[3] Por su importancia esta fíbula ha sido cedida temporalmente por el Museo de Pontevedra a la exposición “Hispania Gothorum. San Ildefonso y el reino visigodo de Toledo” en el Museo de Santa Cruz (Toledo) en el año 2007.
[4] La familia Barreras no ha tenido fábrica en esta zona de Bueu. El lugar del hallazgo parece que ha sido al construír (1921) Don Salvador Massó Ferrer y Julia Bolíbar Galup para sus hijas la casa “Silveiras”  ubicada en Montero Ríos para sus hijas Mercedes, casada con Julio Barreras, y Teresa, casada con el arquitecto Jacobo Esténs Romero.
[5] Estas fíbulas casi siempre se hallan en “ajuares funerarios”. No se descarta por la descripción que hubiera junto a un asentamiento romano, un cementerio suevo.
[6] Estes pueblos junto con los suevos forman parte de los grupos germánicos que llegaron a Gallaecia a partir del año 411. Los únicos que quedaron de forma estable hasta el s. VI, y que han sido incorporados al reino visigótico de Toledo, fueron los suevos.