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miércoles, 8 de noviembre de 2023

Relacionar Bueu con las anguilas solamente se le ocurriría a los jóvenes de la Banda del Río o de la Playa que la pescaban donde desaugaba el caño de la fábrica de Massó (con desechos del pescado) o en el río Obispo, principalmente en la desembocadura (pues se vertí en él sangre y vísceras del matadero que había detrás de la Bicha y del Hostal Estévez, hoy hotel Incamar).

Pero Bueu y las anguilas tienen otra relación que rescato gracias a amigos como Miguel Loira y José Casaleiro:

Allá, a mediados de los años sesenta del siglo pasado, llega un holandés a Bueu con una maleta cargada de documentos e ideas para dedicarse a la pesca de la anguila.

La primera dificultad con que se encuentra es donde dejar guardados, de forma segura, los documentos. Conoce a Manuel Loira García, persona de toda confianza, que le permite guardarlo en su casa y a los que puede acceder cuándo los precisara. La amistad entre ambos hizo que el ‘Holandés‘, pues así lo conocían,  le había ofrecido participar en el negocio que lo había traído por estas latitudes: la pesca de la anguila. Manuel Loira y su mujer Josefa González ya bastante tenían con atender a su barco y negocio del pulpo, por lo que rechazaron la oferta.

Con el tiempo el ‘Holandés‘ encontró un socio inversor en José Casaleiro Domínguez, de los ‘Guerra‘ de Beluso.

Ya en compañía trajeron un barco de Holanda que se llamaba “Bernardo”[1].

Luego de un tiempo de preparación en el puerto de Bueu, fue definitivamente despachado en la comandancia de Vigo para la pesca de la anguila en el estuario y en la parte baja del río Miño[2]. 

El método de pesca utilizado eran el arte de las nasas[3].

Nasa de la anguila con la piedra de lastre o 'moleira'

El destino de la anguila y de las angulas era a exportación cara los Países Bajos, grandes consumidores de este producto.

Lo que prometía ser una revolución en el negocio de la pesca artesanal de río quedo prácticamente en un intento frustrado. Pues sólo hubo una marea de pesca del buque 'Bernardo' en aguas del Miño.

El motivo fue que sus armadores no accedieron al chantaje de un militar portugués que quería participar de las ganancias con la promesa de facilitar la pesca. Este, en represalia y en el que fue considerado un acto de piratería, mandó quemarles las nasas.

Ante ese panorama hostil y beligerante abandonaron el caladero para siempre ya que el prójimo en arder podría ser el barco...

El 'Bernardo' pasó luego a ser utilizado cómo remolcador en Vigo. En él trabajaron algunos vecinos de Bueu y Beluso como, durante un tiempo, lo había hecho Gaspar Barros.

Luego el barco marchó para Vilagarcia, donde realizaba trabajos como remolcador de una barcaza-draga que estaba limpiando los fondos de la ría de Arousa.

Ahí ya le perdemos la pista al 'Bernardo'....



[1] En honor de Bernardo de Lippe-Biesterfeld (1911-2004) que era príncipe consorte de los Países Bajos tras su matrimonio con la reina Juliana.

[2] El Miño era y es una de las zonas más importantes de anguila de España.

[3] Fundamentalmente de mimbres, pero también las hay de redes, láminas de madera etc.



lunes, 9 de octubre de 2023

 Voy tratar de explicar[1] lo que a lo largo de los años las gentes de Bueu entendían cuando hablaban del Desenclavo.

Para os nuestros marineros el Desenclavo no era hablar de la Semana Santa, del dolor de la Pasión, de un Cristo articulado al que se bajaba de la cruz como en muchas villas galegas y del centro y sur de España, donde lo veneran y procesionan por esas fechas.

Para los marineros de Bueu El Desenclavo era una celebración anual que comenzaba en la tarde-noche del día 1 de febrero de cada año y duraba casi toda la noche. Costumbre antigua motivada por el comienzo de la veda y finalización de la pesca de la sardina.

El Desenclavo es una metáfora de la separación por un tiempo de los compañeros que compartieron el trabajo en el barco, pero también de reconstrucción de esperanzas futuras de nuevos y mejores tiempos.

Consistía en un compartir caldeirada[2] y vino en las tabernas como las de Claudio Agulla, Alejandro López, Miguel Nogueira, Ruperto Rajoy, Antonio Domínguez... o en el decir del periodista: del Capellán, del Rabuxo, de la Mundina o la de A Lera.




[1] No 1903 o correspondente en Bueu, L.D., do xornal La correspondencia Gallega tamén o citaba entre outras noticias (1-2-1903 páx. 2).

[2] Pescado cocido con patatas al que se le añade una ajada.

sábado, 1 de mayo de 2021

José Loira García
Hace tiempo que deseaba poner de manifiesto a alguna persona relacionada con la mar. Entre los que barajaba estaba José Loira, vecino mío mucho tiempo y padre de amigos. Gratitud que también le debía por su buen hacer.

José Loira García nació en Castrelo-Cela a las cinco de la tarde del domingo, dos de agosto de 1925 y, unos días después de cumplir los 91 años, falleció en Seixo (Marín) el 27-8-2016.

En su Cela natal era dos de “Curro”, por parte de su padre y “marineros de toda la vida”.

José García Hermida
1928-Escuela de José García Hermida-Cela
Su primer contacto con la escuela fue en Parapía-Cela, que desde 1927 regentaba en ese lugar, José García Hermida. Este maestro lo marcó positivamente ya que era una persona muy activa no solamente en el ámbito de la escuela sino como dinamizador del colectivo del profesorado. En 1936 y luego en el 1940 fuera suspendido, como tantos otros, de su cargo y posteriormente desterrado al lugar de Barreiros en Salvaterra. El mismo José Loira en una entrevista cuenta como anécdota que un cuarto de siglo después encontró a su antiguo profesor y éste le hizo entrega de un cuaderno de ejercicios, corregidos y firmados, de cuando estaba en la escuela con 11 años.

Su futuro le hubiera gustado que fuese como médico, quizás para emular a otros vecinos, como Manuel Riobó Guimeráns, que hasta había llegado a comprar la Isla de Ons, pero la realidad económica de la familia le puso los pies en una chalana del arte llamado ‘rapeta’ a los 13 años. Durante un tiempo trabajó en barcos de bajura, de ahí pasó a otros que pescaban sardina para la fábrica de los Hermanos Massó.

Desde 1942, y durante muchos años, trabaja en la Casa MAR (acrónimo de Motopesqueros de Altura Reunidos). Con aspiraciones de puestos y reconocimiento más relevantes decide estudiar para ingresar en la Escuela de Pesca de Vigo. Para lo cual queda unos días, antes de los exámenes, a prepararlos en la escuela del Pósito de Bueu que llevaba D. José Martínez. Se nos indica que fuera el único de esta zona que aprobó dicho ingreso. Tras un curso en la Escuela sigue trabajando en la misma compañía. Saca, con 19 años, el título de Patrón de Pesca de Gran Altura.  Y con el paso del tiempo decidió hacer el bachillerato y, en 1963, lo tenemos con el número 1 de la recién creada titulación de Capitán de Pesca.  Pero José Loira, no contento con eso, cinco años después obtiene el título de Capitán de la Marina Mercante.  

Como hemos podido comprobar en su trayectoria académica, como pescador alcanzó las más altas cotas, también fue armador, y su paso por el trabajo duro de los mares también lo describe a su libreta de mar: desde la costa gallega y portuguesa, Gran Sol, Canarias, Sudáfrica hasta recalar definitivamente por el continente norteamericano en Groenlandia, Boston, Canadá y, como no, por el mundo del bacalao en Terranova, donde se retiró en 1989.