martes, 1 de junio de 2021

 Hace un tiempo, en el Facebook el Sr. Joaquín Pimentel Lalinde escribía sus impresiones acerca de la casa “Matilde Bares”, vivienda que había sido también
de su familia. En la descripción que de la misma hacía añadió: “El patio exterior a la izquierda lindaba con las ruinas de una antigua fábrica de chocolates (allí había maquinaria oxidada y todo abandonado). Si claro, en los años 20 en Bueu teníamos una famosa Fábrica de Chocolates”.

Como es normal en estos casos a muchos lectores del comentario les extrañó, pues nunca había escuchado hablar de tal fábrica. Algunos me preguntaban sobre ello y les respondía lo poco que sabía sobre la misma, y ya que todavía de vez en cuando me siguen preguntando sobre el tema voy a mencionar algunas cosas relacionadas con la fábrica y con el empresario que la puso.

Puede decirse que en el año 1896 ya estaba afincado en Bueu un relojero santiagués, llamado Juan González Raíces, que casara con una chica de Santa Mª de Cobres-Vilaboa. 

A mediados de febrero de 1897 este matrimonio ha tenido a su primer hijo nacido en Bueu (Juan Edmundo) y en años sucesivos cuatro más (Mª Rosa -1899-, Juan Miguel -1901-, José Ramón -1903- y María -1908-).

Juan González Raíces era un emprendedor nato. Aparte de montar una relojería, que era su oficio, primero en alquiler en el barrio de la Playa y luego, 1903, en la calle del Príncipe. En los dos lugares dio en explorar el mundo del chocolate, muy demandado en la época. Para eso, en la trasera de la relojería instaló una serie de máquinas que le permitirían desde triturar y tostar cacao hasta completar el proceso de la confección de chocolate.

Como el negocio iba muy bien compró un solar unido a la casa en construcción de la profesora Matilde Bares, y solicita autorización, 1906, para construir una casa en el mismo. En ella instala en el bajo, cerca de la calle, la relojería y en la parte de atrás la fábrica de chocolate.

La época más pujante de la Chocolatería sería el primero decenio del s. XX y a partir de 1913, con el fallecimiento de su esposa, fue poco a poco abandonado esta actividad y centrándose en la relojería y en la atención de sus hijos: Primitiva, Isolina, Rosa, Juan, José Ramón e María.

"El Adelanto" 1912-13

"El Adelanto" 1912-13

En esa misma época su proyección pública viene de la mano de sus amigos como el director del periódico local
«El Adelanto», Ricardo Portela Pazos, y el amplio equipo de redacción Claudiano García, Cesáreo Ferradas, Rogelio Val, Jesús Domínguez, Luis Bolibar, Ignacio Lis, Amancio de la Cueva, José García e Ventura García. No es raro hallarlo mencionado en las páginas del periódico en pugnas con maestro Manuel Sotelo Rey, o a la relojería como lugar donde contemplar los regalos que el rotativo sorteaba entre los suscritores o anunciando la Relojería y la Chocolatería.

 

Nota: Quiero aclarar, para algunas personas que así me lo preguntan, que a pesar de coincidir el primer apellido y tener las viviendas en la misma zona no se deben confundir las actividades del relojero/chocolatero Juan González con las de la panadería Alfredo González. Este último de Marín que había casado en 1943 con Segunda, hija de un panadero de Celanova, afincado en Bueu, llamado Camilo Fernández. Los establecimientos eran conocidos como “A do relojero” o “A de Rosita a Relojera” el de Juan González (también ha sido de Eugenio Piñeiro Carballo, Julio Rodríguez Portela, etc.) localizado, como se ha dicho, a la izquierda de la de “Matilde Bares”. Y, un poco más abajo, se halla la de Camilo González, después “Panadería de Alfredo” o “Bar Codia” (de lo que todos loaban los famosos cacahuetes que en su horno se tostaban).