domingo, 27 de diciembre de 2015

En el año 1925 hablar de la “Nueva Fábrica” de Massó en Bueu es hablar en realidad de una grande e importante ampliación[1] que gracias a los materiales empleados y a las posibilidades estructurales de los mismos permiten una reestructuración espacial que da prioridad al lugar de producción.

Por lo dicho podemos intuir la relevancia de la estructura metálica que ha permitido una arquitectura con grandes espacios en sustitución de los voluminosos muros de carga originales que han hecho de esta un elemento interesante a conservar dentro de nuestro Patrimonio Industrial.
Pero como muchas cosas en nuestro entorno han ido desvaneciéndose a causa de la vorágine de la política, de la crisis, del pensamiento acultural, del ‘deja que ya’...
Lo que ahora quiero es hacer un pequeño homenaje a los “hierros de la fábrica” a través de su primer presupuesto[2] dado por la Compañía Anónima Basconia para a construcción e montaje de los mismos..
Datos finales teniendo en cuenta el Plano de armadura y columnas para la fábrica:
          
  Peso aproximado de la estructura: 91.000 kg.
Precio del material pintado de minio: 81.445 pesetas
Montaje: 9.100 pesetas
Tiempo de construcción en talleres: 12 semanas
Tiempo de montaje: 8 semanas
Precio total de la obra: 90.545 pesetas



Nota: Gracias a Manuel Aldao por facilitarme las dos fotografías



[1] La primera relevante desde la construcción de la fábrica vieja. La segunda ampliación ha sido una segunda nave todavía mayor que la primera.
[2] El segundo presupuesto, y definitivo, rebaja el número de semanas, de 35 a 20, para la construcción y montaje.

domingo, 13 de diciembre de 2015


Hablar de la Casa y Torre del Casal, Pazo del Casal, “de los Picos” o de la Graña es hablar de las antiguas hidalguías bajomedievales en la comarca del Morrazo.
Su fundación se atribuye, en el siglo XV, a la familia de los Fernández Aldao cuyos descendentes serían propietarios del mismo hasta el año 1914[1].
La estructura de la casa-pazo varió desde sus inicios la que fuera coma “torre grande con troneras y almenas y otros instrumentos para su defensa y un foso”. En el mismo documento[2] donde aparece la descripción anterior habla de que todo había sido derrumbado por los señores de la Torre de Meira y Darbo.
Posteriormente ha sido levantada la estructura principal, sobre la base de lo que había sido la torre. La casa siguió sufriendo modificaciones a lo largo del tiempo: se fundó una capilla[3]  ahora integrada en la casa principal, se le añadió una amplia terraza que da al poniente,...
Pero hoy lo que quiero señalar son algunas notas acerca de unos elementos actualmente desaparecidos pero que todavía están en la memoria de algunos: Los puentes y ramplas que unían las dependencias superiores de la casa con la carretera de Bueu-Cangas y con la finca del pazo.
En cuanto a un Puente de piedra:
En 1883, Don Joaquin Aldao Sarmiento[4] demanda a Benito Quinteiro, maestro de cantería de Meiro, para que devolviera 40 pesetas que ya le había anticipado a cuenta de la piedra para la construcción del Puente de entrada en dicha torre que tenía encargado el Sr. Aldao. También le pide que le pague 2000 reales (500 pesetas) que le había costado al Sr. Aldao el desayuno y comida que había tenido que dar a 22 “labradores distinguidos” que llevaron la piedra desde el monte Borrallido a la casa Torre como era Benito Quinteiro y otro cantero.
Le reclama para para que retire dicha piedra por non reunir las condiciones legales y mucho menos las estipuladas, inútiles para la construcción de dicho puente.
Este puente puede que se refiera a lo que hoy es parte de la terraza posterior y que en su momento tenía unas escaleras que servían de entrada noble o principal desde la parte interior del circundado.
En cuanto a rampla de entrada a la finca:
En 1929 el propietario Miguel Costas pide autorización, a través de la alcaldía, a Obras Públicas de Pontevedra para que le sea autorizado “construir una rampla de acceso desde su casa del Casal, a la carretera de Pontevedra a Cangas en su kilómetro 19 hectómetro 7, margen derecho”.
En cuanto a los Puentes de ladrillo y cemento:
Realizados en los años treinta del siglo pasado por el maestro albañil Baltasar Buceta. Era dos puentes o pasos elevados realizados con ladrillo y cemento. Localizados en la fachada Este del edificio permitiendo o paso, directamente, desde la carretera Pontevedra-Cangas hasta el primer piso del pazo. Ambos elementos permanecieron operativos hasta los años setenta del siglo pasado.
Puente –A: Con balaustrada de hierro forjado y estructura algo abovedada. Llegaba hasta una puerta que había en el lugar que ahora ocupa la segunda ventana, comenzando por la derecha del edificio almenado. Por él se accedía a las dependencias principales de la casa-torre.
Puente –B: Con balaustrada de cemento. Situada en el extremo izquierdo de la torre almenada, correspondiéndose con la zona de la actual última ventana. Daba a una puerta por la que se accedía a una pequeña estancia que tenía unos pasos de escalera que permitían el acceso a la tienda-comercio[5] que ocupaba lo que había sido en su tempo capilla.
De la parte derecha de la balaustrada, junto a la puerta de entrada, bajaban unas escaleras hacia la finca.


[1] Fue de la familia Aldao hasta que el 18-1-1914 lo adquirió Miguel Costas Acuña, luego la heredó su sobrino Jesús Ferández Gutierrez; también viviría en ella Julia Fernández con su hijo Xulio Formoso Fernández (músico, pintor, periodista,… desde inicio de los años cincuenta hasta 1965 que marcharon para Venezuela) y al inicio de los años setenta, la familia de Agustín Gutierrez cuando el pazo ya era propiedad de Manuel Otero García.
Los usos del pazo fueron fundamentalmente residenciales pero a lo largo del tiempo también se complementó con otros: En 1905, estaba alquilado al ayuntamiento de Bueu que lo utilizó durante un período corto como juzgado municipal; en 1925 se alquilaba como “casa rural” para el verano; en 1930 tenía un local la banda de música (pues le había sido retirado, por parte del ayuntamiento, el que tenían),…
[2] Diligencias previas para la ejecutoria de hidalguía de Jerónimo Fernández de Aldao (1670)
[3] Alonso González de Moaña levantó la capilla en el año 1473.
[4] Tío-abuelo del ilustre escritor Victor Said Armesto
[5] Aberta a primeiros do mes de xaneiro de 1930 coma “comercio de viños e comestibles” e nalgún tempo o Sr. Miguel tamén despachaba “materiais de construcción” que almacenaba na finca do pazo. Os últimos que rexentaron esta tenda foi a familia de Ramón Blanco e Antonia Barreal.

martes, 1 de diciembre de 2015

Puede que muchos de vosotros nunca hayáis oído hablar de Darío Lameiro.
Darío Lameiro Sarachaga (1849-1928) era un empresario vigués que tenía[1] dos fábricas-almacén de salazón en la Playa de Beluso  y otra en Balea (Cangas),...[2]
Cierto día, a mediados del mes de junio del año 1900, recibió una carta anónima que le exigía 25.000 pesetas a cambio de no “quemarle las entrañas después de quemarle las fábricas”. La cantidad debía depositarla al pie de un gran pino que había cerca del camino (hoy carretera) que va de Bueu a Beluso.
Avisada la Guardia Civil ésta le aconsejó seguir las instrucciones de la nota pero no sin antes apostarse cuatro guardias civiles en distintos puntos para vigilar la recogida de la caja con el supuesto botín.
Efectivamente, fue sorprendido “in fraganti” el extorsionador que vino a ser un padre de familia -tenía cuatro hijos-, vecino de Bueu que, desesperado por las penurias familiares, lo llevó a maquinar tal delito. 
El Sr. Lameiro conociendo las circunstancias que condicionaban al autor de este acto quiso perdonarle y que lo dejasen  en libertad. Pero la Guardia Civil no lo consintió y lo puso la disposición del juez municipal de Cangas.



[1] A finales del s. XIX y primeros años del s. XX
[2] Comprara la casa-salazón de la familia Roura (en Beluso) para vendérsela posteriormente a los Prieto. También era propietario de la fábrica de la Roiba.