jueves, 22 de febrero de 2024

 Quizás debería comenzar nombrando a la familia del último propietario salazonero, José Fazzina Ambroggio, y así muchos sabréis mejor de los espacios que vamos a tratar.

Pero para ser justos, el que había mandado construir, un lustro antes del s. XX, la fábrica de salazón en el extremo de poniente de la playa de Loureiro-Bueu fuera Francisco Ferrer Casellas, natural del Caramiñal.

Poco después, sus hijos Francisco y Mamerto se hacen cargo de la fábrica de salazón. Pero al precisar otra vivienda el mayor, Francisco Ferrer Ferrer, envía a mediados de abril de 1901 una instancia al alcalde Miguel Nogueira solicitando licencia para construirla en un terreno recientemente adquirido lindante con la salga y con la carretera Pontevedra-Cangas, en el mismo lugar de Loureiro.

Por su localización en la zona marítima se deriva la petición a la Ayudantía Militar de Marina que respondió poco tiempo después afirmativamente. Luego de tener que presentar un plano de obra[1] comenzaron la misma a toda prisa, coa fatalidad de que una parte colapsó sepultando al salazonero que se salvó de ‘milagro’, (Entrada del blog en agosto de 2014: La Virgen del Perpetuo Socorro salva a un salazonero en Loureiro[2]).

Tras este accidente se paraliza la construcción y se tardaran 4 años en presentar otros planos, esta vez más elaborados, para construir la vivienda. Tras repetirse los procedimientos ésta se levanta con ligeras modificaciones, como puede comprobarse en la actualidad.

 

Nota: De la salazón y vivienda primigenia no se conserva casi nada pues hay en su lugar un bloque de apartamentos.


1952

lunes, 1 de enero de 2024

Hablar de las fábricas de curtidos en Bueu es algo que no está gravado en la memoria popular. Pero si podemos confirmar que hubo momentos de su historia en los que los curtidores trabajaban el cuero en sus casas de Bueu, Cela y Beluso.

Real de Legos-Bueu-Catastro Ensenada 1752

Si bien es cierto que lo hacían al por menor case siempre como algo complementario a su oficio de zapateros. De estos, podríamos hacer una relación de poco más de una docena, citados en el Real de Legos del Catastro de Ensenada de 1752: como Agustín Estévez de Soutelo, Alberto de Otero de Meiro, Julián Juncal de la aldea de Pedreiras, Patricio Gallego de Cela, Antonio Estévez, otro que vivía na Rosa-Beluso etc. Aunque no había grandes diferencias, no todos trabajaban la misma cantidad de piel, polo que la ‘utilidad’ que le adjudicaban a cada uno en el Catastro iba de los 30 a los 70 reales/año.

AHPP-Escr.Benito Aris-Venda Fbrca. curtidos

De grandes fábricas de curtidos tenemos, en el primer tercio del siglo XIX, como propietarios de unas instalaciones en la antigua calle Berrón de Pontevedra, a la dueña de una de las grandes salazones de la Playa de Beluso, Mª Rosa Avalle[1] viuda de Pedro Plá.

Pero, ¿Hubo fábrica de curtidos de cierta entidad en Bueu? La respuesta pode deducirse de una solicitud para hacerla en 1883, en la casa que hoy todavía se conoce como la de “Pin Cabanillas” en Pescadoira. Casa que ha sido primero salazón (1806) de Vicente Freire y Mª Alberta Otero; que posteriormente pasaría a José Domínguez Fontenla que a mediados del XIX tuvo una pequeña fábrica de curtidos aprovechando las pías para los procesos químicos y lavados de las pieles.

La grande fábrica de curtidos quisieron montarla, en 1883, ampliando esta, os señores Alejandro López y Salvador Ferradás, para lo cual solicitaron a la alcaldía autorización, que non les fue concedida, en los siguientes términos:

A.M.Bueu Ca. 513/99

que en la casa almacén de los herederos del finado José Domínguez situada en Pescadoira fuera del centro de la población, tienen proyectado establecer una tenería[2] para el curtido de cueros o pieles y modificar algunos de los pilos o chancas que ya contenía por haberse ejercido antes de ahora la misma industria en el oficio; pero como además les sea preciso reformar su fachada y para ello necesiten el permiso conducente con arreglo a las ordenanzas municipales del ayuntamiento aprobadas por la superioridad, se ven en la necesidad de recurrir a V”.

Pescadoira
Para finalizar cabría preguntarse si hay otros indicios relacionados con la actividad del cuero en las parroquias de Bueu. Quizás la toponimia había podido dar alguna pista; que yo sepa, y sin mucha relación con la industria de los curtidos, hay una parcela en As Meáns llamada “Lavandeira” o “Pozo de Coiro”. Otra referencia me llega de la sabiduría de Belarmino Barreiro quien había oído decir que las dueñas de un molino del río de la Devesanova-Cela, ‘Las Pelonias’, también se dedicaron al curtido de la piel.



[1] Ela e os seus fillos vendérona por 10.000 reais, o 13 de abril de 1837, a Bernardo Echevarría, outro empresario dos curtidos.

[2] Curtiduría