martes, 1 de diciembre de 2015

Intento de extorsión a un industrial de la Playa de Beluso

Puede que muchos de vosotros nunca hayáis oído hablar de Darío Lameiro.
Darío Lameiro Sarachaga (1849-1928) era un empresario vigués que tenía[1] dos fábricas-almacén de salazón en la Playa de Beluso  y otra en Balea (Cangas),...[2]
Cierto día, a mediados del mes de junio del año 1900, recibió una carta anónima que le exigía 25.000 pesetas a cambio de no “quemarle las entrañas después de quemarle las fábricas”. La cantidad debía depositarla al pie de un gran pino que había cerca del camino (hoy carretera) que va de Bueu a Beluso.
Avisada la Guardia Civil ésta le aconsejó seguir las instrucciones de la nota pero no sin antes apostarse cuatro guardias civiles en distintos puntos para vigilar la recogida de la caja con el supuesto botín.
Efectivamente, fue sorprendido “in fraganti” el extorsionador que vino a ser un padre de familia -tenía cuatro hijos-, vecino de Bueu que, desesperado por las penurias familiares, lo llevó a maquinar tal delito. 
El Sr. Lameiro conociendo las circunstancias que condicionaban al autor de este acto quiso perdonarle y que lo dejasen  en libertad. Pero la Guardia Civil no lo consintió y lo puso la disposición del juez municipal de Cangas.



[1] A finales del s. XIX y primeros años del s. XX
[2] Comprara la casa-salazón de la familia Roura (en Beluso) para vendérsela posteriormente a los Prieto. También era propietario de la fábrica de la Roiba.

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