Estos días está a ser noticia en todos los medios de
comunicación el asalto con lesiones y robo al cura de Esgos. La coincidencia no
es más que eso ya que esta segunda entrega de bandidos[1]
o bandoleros en nuestro ayuntamiento[2]
lleva programada para estas fechas hace más de un año.
Desde finales del s. XVIII y primera mitad del s. XIX se constata
un aumento del número de pequeñas bandas de delincuentes que actúan en zonas
más o menos amplias realizando asaltos con la finalidad de robar, pero que
muchas veces acaban con muertos.
Non hay documentación procesal que incrimine a individuos
de nuestras parroquias[3]
como pertenecientes a esos grupos aunque no hay que descartar que hubiera cierta
complicidad de algunos elementos tanto para señalar objetivos coma para
facilitar el atraco no poniendo dificultades o mismo no acudiendo ante la
alarma o petición de auxilio por parte de los perjudicados. Esto parece ser que
ha sido lo que ocurrió a finales de julio de 1817 cuando un grupo de siete hombres
comandados por Fernando Serén, se desplazaron en un barco[4],
desde Portonovo hasta la playa de Beluso con el propósito de acercarse durante la
noche hasta la casa del párroco de Bueu (1806-1821) D. José Benito Pazos de
Provén. El cura y sus familiares daban gritos para que acudieran los vecinos con
ayuda pero el silencio era total y, como el mismo constata en su declaración[5],
se negaron a socorrerlo.
El párroco non solo lo ha tenido que pasar muy mal por el
hecho de ser ultrajado, robado,... o abandonado por sus feligreses, si no que
el temor a ser asesinado era real como unos años atrás le ocurriera al cura de
Aldán a manos de la banda de Benito Fontenla.
[1] La primera era: “Bueu: bandidos no monte Borrallido” del 1/5/2013 que
puede verse en el siguiente enlace http://acidras.blogspot.com.es/2013/05/bandidos-no-monte-borrallido.html
[2] Beatriz López Morán estudió la
actividad bandolera en Galicia y ha publicado, entre otros, en el libro “El bandolerismo gallego en la primera mitad
del siglo XIX” A Coruña: Ediciós do Castro, 1995
[3] Como excepción estaban la
banda de Juan Manuel Varela “O Tuno” y fracción, en Cangas do Morrazo, de
Benito Fontenla.
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