domingo, 14 de julio de 2013

Dos hermanos de Beluso, María y Salvador Vilas, héroes del mar

La niebla que hace estos días me hace recordar muchas cosas…

Salvador Vilas Iglesias
Antonio Cidrás Piñeiro
Recuerdo que cuando la niebla cerraba la ría, las sirenas de los barcos y las voces de los marineros anunciando la “cala”, hacían que las gentes, conscientes del peligro, se acercaran a la playa y gritaban, o en la noche con fuegos, para avisar de la situación, las rocas, los bajos…
Recuerdo por haberlo escuchado una vez en la niñez, por las hemerotecas y por la  documentación que me aportó mi amigo Ramón Vilas, que a estas horas de hace 84 años también había niebla en la mar, también era domingo y, curiosamente, mi abuelo y su abuelo estaban uno frente al otro en el mar de Lagos. El uno en una roca como náufrago, el otro, en compañía de su hermana, como rescatadores:

Era el día 14 de julio de 1929, a las tres de la mañana, los hermanos María y Salvador Vilas Iglesias, de 27 y 23 años, hijos del casero de la vivienda que la familia Massó aun tiene cerca de la playa de Lagos-Beluso, se levantaron sobresaltados al oír los toques de alarma de la sirena de un barco próximo a la costa. Bajaron a la playa a ver lo que ocurría. Según dice el expediente, que ellos mismos firmaron, “oyeron voces de auxilio de los tripulantes, y puestos al habla con ellos, los tranquilizaron diciéndoles el lugar en que se hallaban…”


Circunstancias del naufragio: El buque estaba haciendo pruebas de mar. Había salido de Marín hacia Ons y, buscando puerto debido a la espesa cerrazón de niebla, fue a quedar varado en unos bajos rocosos llamados Cons a unos 200 metros de la Playa de Lagos.  Los tripulantes echaron a agua el barco auxiliar de a bordo y con ella tendieron el ancla por la popa para ver si con éste y la máquina del barco podían ponerlo a flote. El rizón se rompió, se inclinó el barco y se abrió una vía de agua. Ante la imposibilidad de hacerse con el barco decidieron con la misma chalana trasladar a todos los marineros a una roca cercana. A pesar de que el mar estaba en calma no tardó más de 20 minutos en hundirse. Comenzaron a trasladar a los marineros a la playa luego de advertirles los hermanos Vilas que estaban en la Playa de Lagos. Salvador Vilas pidió que alguien le ayudara a bajar su chalana que tenía en la playa. Un marinero vino a nado y tras bajarla pudieron traer 6 o 7 hombres más.
Al día siguiente el patrón y el maquinista con un lanchón y un buzo intentaron sacar el barco pero una fuerte marejada del noroeste lo impidió. El casco se rompió y parece que pudo recuperase la máquina.

 Tras salir la noticia en la prensa local y nacional el Presidente del Consejo de Ministros, Marqués de la Estrella, solicitó información al Gobernador Civíl y éste al alcalde Sr. Camilo Davila con la intención de que, de ser ciertos los hechos, darle alguna distinción. La distinción sería la Cruz de la Orden Civíl de Beneficencia. Aunque la heroicidad les fue reconocida las medallas...

 Ficha:

- Barco hundido: Vapor “Florentina” de 15 m de quilla, de la matrícula de Marín
- Patrón-Armador: Antonio Cidrás Piñeiro “O Conexo” de la Playa de Loira. Había sido patrón de una lancha del arte desde muy joven. Este era el primer barco que consiguiera construír y, para mayor desgracia, todavía no tenía seguro. Posteriormente pudo rehacerse y construír el Río de Loira, el “Conexo”,…
- Maquinista-armador: Manuel Loira Campelo “Follato”
- Marineros: 30. Todos de la Playa de Loira y alrededores

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