Salvador Vilas Iglesias |
Antonio Cidrás Piñeiro |
Recuerdo
que cuando la niebla cerraba la ría, las sirenas de los barcos y las voces de
los marineros anunciando la “cala”, hacían que las gentes, conscientes del
peligro, se acercaran a la playa y gritaban, o en la noche con fuegos, para avisar
de la situación, las rocas, los bajos…
Recuerdo
por haberlo escuchado una vez en la niñez, por las hemerotecas y por la documentación que me aportó mi amigo Ramón
Vilas, que a estas horas de hace 84 años también había niebla en la mar,
también era domingo y, curiosamente, mi abuelo y su abuelo estaban uno frente
al otro en el mar de Lagos. El uno en una roca como náufrago, el otro, en
compañía de su hermana, como rescatadores:
Era
el día 14 de julio de 1929, a las tres de la mañana, los hermanos María y Salvador
Vilas Iglesias, de 27 y 23 años, hijos del casero de la vivienda que la familia
Massó aun tiene cerca de la playa de Lagos-Beluso, se levantaron sobresaltados al
oír los toques de alarma de la sirena de un barco próximo a la costa. Bajaron a
la playa a ver lo que ocurría. Según dice el expediente, que ellos mismos
firmaron, “oyeron voces de auxilio de los tripulantes, y puestos al habla con
ellos, los tranquilizaron diciéndoles el lugar en que se hallaban…”
Circunstancias
del naufragio: El buque estaba haciendo pruebas de mar. Había salido de Marín
hacia Ons y, buscando puerto debido a la espesa cerrazón de niebla, fue a
quedar varado en unos bajos rocosos llamados Cons a unos 200 metros de la Playa de Lagos.
Los tripulantes echaron a agua el barco auxiliar de a bordo y con ella
tendieron el ancla por la popa para ver si con éste y la máquina del barco
podían ponerlo a flote. El rizón se rompió, se inclinó el barco y se abrió una
vía de agua. Ante la imposibilidad de hacerse con el barco decidieron con la
misma chalana trasladar a todos los marineros a una roca cercana. A pesar de
que el mar estaba en calma no tardó más de 20 minutos en hundirse. Comenzaron a
trasladar a los marineros a la playa luego de advertirles los hermanos Vilas
que estaban en la Playa de Lagos. Salvador Vilas pidió que alguien le ayudara a
bajar su chalana que tenía en la playa. Un marinero vino a nado y tras bajarla
pudieron traer 6 o 7 hombres más.
Al
día siguiente el patrón y el maquinista con un lanchón y un buzo intentaron
sacar el barco pero una fuerte marejada del noroeste lo impidió. El casco se
rompió y parece que pudo recuperase la máquina.
- Barco
hundido: Vapor “Florentina” de 15 m de quilla, de la matrícula de Marín
- Patrón-Armador: Antonio Cidrás Piñeiro “O Conexo” de la Playa de
Loira. Había sido patrón de una lancha del arte desde muy joven. Este era el
primer barco que consiguiera construír y, para mayor desgracia, todavía no
tenía seguro. Posteriormente pudo rehacerse y construír el Río de Loira, el
“Conexo”,…
- Maquinista-armador: Manuel Loira Campelo “Follato”
- Marineros: 30. Todos de la Playa de Loira y alrededores
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