Ya estamos otra vez en Corpus,
una fiesta en la que, con la excepción del aspecto religioso, no siempre se ha
manifestado de igual forma y localización. Con sus épocas de esplendor y
recesión…
Hace hoy 100 años el periódico El
Adelanto nos describen con gran entusiasmo y grandilocuencia como se había
desarrollado el Corpus de 1913.
Destacar que la espadaña era, como
hasta no hace muchos años a reina del manto vegetal que servía de alfombras en
la procesión.
Voy a transcribir el artículo
para que sirva de testigo de esta fiesta:
La fiesta por
excelencia de los creyentes que en la Sagrada Forma admiran a Dios vivo,
reviste inusitado esplendor en esta férvida España que conserva, a través de
los tiempos y de las innúmeras revueltas, la fe de sus mayores.
Flores,
inciensos, espadañas, son finos aromas que arroban el espíritu hacia Dios.
Música y gaitas, fuegos de artificio, volteo de campanas son explosiones de
vivido entusiasmo por el amor de los amores, en los que, los ojos de la fe,
rinden acatamiento al Padre Celestial.
Pasa la procesión
solemne, majestuosa y ante la custodia todos se descubren, todos se inclinan y
arrodillan; unos con amor fuerte, profundo, arraigado en el alma, otros con
respeto.
Saludemos al Rey
de reyes, expuesto en el sagrado viril, a la adoración de los fieles, por los
siglos de los siglos...
La función
religiosa fue solemne, predicando el párroco Martínez Casanande, que llevaba el
Santísimo en la procesión y dio la bendición al pueblo.
Tuvo también sus
encantos la fiesta profana; no obstante amanecer un día de brumas y nieblas,
fueronse disipando y lució el buen sol, espléndido, su luz cegadora y
refulgente que da vida y animación a los mortales, dicho sea esto, con permiso
de los partidarios de las brumas y nieblas, de los días sin sol, propios para
nostálgicos, soñadores y poetas...
En el atrio de la
iglesia hubo, por la tarde, mucha animación, bailando la gente moza en el
eirado, deleitándose con las hermosas piezas interpretadas por una sección de la
afinada música de Moaña. También en la rectoral se festejaba el solemne día,
oyéndose desde la calle bellas canciones gallegas entonadas por voz robusta y
bien timbrada.
Hubo en el
"Liceo Casino" una petit soiree en honor de la
señorita Josefina Losada Caeiro, bella hermana de nuestro joven amigo don
Pascual, que pasaron el día con la muy estimada familia de D. Joaquín
Domínguez.
Y para que nada
faltase ese día, estuvo en Bueu (…) el vaporcito "Pepita Arminda" (…),
con muchos excursionistas de Marín, (…) desembarcaron todos dirigiéndose al
"Liceo Casino" en donde se bailó un buen rato(…)
Como se ve fue un
día de Corpus bien aprovechado y a última hora, mejor dicho, ya de madrugada,
aún había gente de humor cantando por la calle.
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