sábado, 20 de diciembre de 2025

(La que pudo ser, la que ha sido y la que es ...)  

Comenzamos un pequeño recorrido en el que iremos abriendo caminos, muchas veces ignorados, en los datos que la documentación esconde de la memoria, en este caso, de la Capilla de los Stos. Reyes en Bueu[1]. Memoria que a veces no se percibe clara, ya que es eclipsada por los personajes que intervienen, por el olvido que impone el tiempo o por la falta de diligencia/interés de los responsables de mantener vivo ese patrimonio.

Hablar de la capilla de los Stos. Reyes en Bueu es hablar de Urbano Lugrís y de una pequeña y hermosa ermita en el lugar de Castrelo, al pie del monte Roxo.

Remontándonos tiempo atrás, como el siglo XVII, o más concretamente en el año 1686, estaríamos hablando de una capilla fundada[2], a pocos metros de la actual, polo el Comisario de la Inquisición y abad de Bueu, Fernando de la Rúa Freire y Andrade.

Ahora bien, quisiera contarles algo menos conocido, y para eso tenemos que ir un poco hacia atrás en el tiempo donde la noticia podría titularse: “El cura de Coiro, Melchor Mondragón, y el abad de Bueu, Fernando de la Rúa, se comprometen a hacer a medias una capilla bajo la advocación de Nuestra Señora de los Stos Reyes”. Estamos hablando del año 1683, en el que Melchor de Mondragón testa y lo pone de manifiesto:

Item digo: Y declaro qe a algunos días qe yo del  Señor Comisario D. Fdo (Fernando) de larrua Freyre abbad de la fca de boeu emos tratado y ajustado mandar hacer y fabricar una hermita dedicada a honor de nuestra Señora de los Reyes y Su coste abíamos de Pagar de por mitad asta estar fenecida y acabada con sus imágenes y más aderezos necesarios y todo de por mitad”[3].

De este relato y de los que siguen se precisa hacer algún comentario, puntualización o al menos contestar a algunas preguntas como:

¿En qué lugar pretendían hacer la ermita? Se indica que en la Cruz de las Abesadas. Lugar situado donde se encuentra el actual crucero de San Cosme (Coiro). Esa zona, a ambos lados da carretera que de ahí va a la de Bueu-Cangas todavía en el catastro figuran hoy en día como las Besadas. Zona que, tal como querían hacer constar los curas Melchor y Fernando de la Rúa, son linde de las dos parroquias de Coiro y Bueu.

“… la qual se abía de hacer en la cruz de la abessada y dibission desta fca y la dha boeu tanto en un trmo como en otro en la qual aviamos defender sobre nuestros bienes”3.

La fundación de la capilla consistiría en una misa cantada, el día de Reyes, precedida de una procesión desde el templo parroquial. Cada año, de forma alternativa, saldrían de Coiro o Bueu hacia la ermita. La procesión estaría sufragada con 12 maravedís por la parroquia que non “procesionaba” ese año.

“… una misa cantada perpetuamente en cada año y día de los Santos Reyes y a honor y alabança suya por el dia seis de henero en el qual dho dia aviamos de llevar alternatibamte ; asi nos dhos como nuestros sucessores a ambos beneficia la Procession a dha hermita y decir dha misa cantada y por ella pagas doce ms al cura qe fuese en procession…”3.

Melchor de Mondragón quería a toda costa que la capilla fuese una realidad para lo cual dejaba bienes que avalaran la mitad de la ermita y también reforzara la petición a Fernando de la Rúa para hacerla:

 “… y si esto fuere servido llevarme antes qe se aga dha hermita encargo a dho sr Comissaio tenga particular luz dado en acer se aga y de mis vienes se pague la mitad de su coste qe esta es mi voluntad pa honrra y gloria de los Santos Reyes […] Y aunqe asi quedamos ajustados no reprobo de hacer dha hermita del agora= mando y quiero y si quisiere dho Sr Comissao mandar se aga en la forma referida…”3.

Otra de las preguntas que cabría hacerse es: ¿Por qué de la advocación a los Stos Reyes si en Galicia no hay precedente?

En el caso de Melchor de Mondragón, quizás por ser el epónimo[4] de su nombre y de su hermano Gaspar y, como el mismo indica, por la devoción que les tiña.

“...qe esta es mi voluntad pa honrra y gloria de los Santos Reyes…”3.

En el caso de Fernando de la Rúa: igual devoción procesaba a los Stos Reis amén de señalar que por esas fechas tenía un hijo de 4 años llamado Baltasar Melchor y, posteriormente, una nieta Melchora y otros descendientes con nombre de algún Rey Mago.

Docenas de preguntas podrían hacerse, y de las cuales algunas se responderían documentalmente con relativa facilidad, otras no tanto. Pero, para no alargar estas notas procuraré hacerlo solamente con unas pocas.

¿Quién era ese Melchor de Mondragón? Melchor de Mondragón Erenuzqueta estaba a ocupar la sede vacante que había en la parroquia de Coiro[5] en el año 1680 y siguientes. Familiar de los curas, que de 1661 a 1792 eran rectores de Stª María de Beluso: Rafael e Benito Mondragón. Así mismo lo podemos citar como hermano[6] de Juan de Mondragón Abraldes y Erenuzqueta[7] casado con Isabel Lamas Ozores, padres del I Marqués de Sta Cruz: Andrés Ibáñez de Mondragón Ozores de Sotomaior... que es a quien le pide se encargue de sus hermanas cuando el falleciera:

“... y encargo pido y supco a mi sobrino el Sr d Andrés de Mondragón marqués de Sta Cruz[8] […] se sirva mirar y volver por la pausa desas pobres hermanas amparándolas con su abrigo”3.

(Continuará)

[1] Llevaba diez años en una carpeta, á espera de darlo a conocer. Ahora sale a la luz por los ecos llegados del amigo Anxo Coya.

[2] Con 24 misas anuales y 2 cantadas (día de Reyes y de la Ascensión) con valor de 70 ducados.

[3] Testamento de Melchor de Mondragón, cura de Coiro ante el escribano Pablo de Castro, 12-7-1683.

[4] También de un canónigo de Santiago, tío de su madre y  y de la que ésta heredó.

[5] Sus padres, Juan de Mondragón e Isabel de Teixido, eran patrones de la dicha iglesia, así como la de Beluso.

[6] También tenía por hermanos a Escolástica (que vivía con él en la casa parroquial) y Bernarda que era monja en el convento de San Paio de Santiago de Compostela, a Benita, Gaspar y Diego que era también cura.

[7] Regidor de Santiago y Familiar del Sto Oficio.

[8] La concesión del marquesado había sido dado unos meses antes (8 de enero de 1683) por el rey Carlos II.