lunes, 20 de abril de 2020

La viruela y Bueu – Epidemia VI


Como ya viene siendo habitual en estas Entradas, del bloque Epidemia, más que centrarme en la enfermedad en si lo que pretendo es recordar algún acontecimiento alrededor de ésta, pero en el ayuntamiento de Bueu.
Pero antes, unas pinceladas sobre esta afección:
 La Viruela la define la RAG en su acepción médica, como una “enfermedad infecciosa y contagiosa, de naturaleza vírica, que produce fiebre alta y la aparición de pústulas con costras que al caer suelen dejar marcas en la piel”.
La viruela puede considerarse como una de las enfermedades más antiguas y mortales ya que, en su larga historia, se le atribuyen varios cientos de millones de muertos. Hay constancia de períodos en los que aparecía como verdadera pandemia, como en el s. XVIII, sobre todo en Europa y América, donde llegó a afectar a un número importante de la población. Será en este siglo cuando aparece la primera vacuna contra la viruela (Edward Jenner, 1796) que marcaría el comienzo para la erradicación de esta enfermedad.
En el Bueu del año 1898, cuando alguna persona era diagnosticada de viruela se encendían todas las alarmas y, nada más recibir la notificación del médico, el Sr. Alcalde emitía una Orden de confinamiento y aislamiento del enfermo. Los encargados de ejecutar la Orden eran los Alcaldes de Barrio (figura muy importante en los lugares de las parroquias hasta finales del siglo XX).
La casa del enfermo era custodiada por convecinos para evitar que nadie más se pudiera contagiar. Prueba de esto la tenemos en la documentación adjunta, en la que estando enfermo un señor en O Valado, tenían que hacer guardia, obligatoria y de forma rotativa, los vecinos de A Portela, de Meiro y del mismo O Valado. Normalmente la realizaban de dos en dos y por un tiempo de 4 horas.
En el caso que me sirve de referencia, se dio la circunstancia de que uno de los dos que le tocaba hacer el relevo no apareció a hacer éste y los de la guardia anterior tuvieron que doblar la misma por lo que le reclamaron al alcalde ser indemnizados. La disculpa que puso el infractor fue que “con motivo de tener que ganar la vida se fue a la pesca creyendo venir a tiempo para cumplir con la expresada guardia, pero debido a ciertas circunstancias no le fue posible cumplir con la orden que se le diera, pero que está dispuesto a abonar a la persona que sirvió en su nombre...

En cuanto a la vacunación de la población, dos referencias. La primera un oficio del Gobernador Civil al alcalde de Bueu (1928) para recordarle la “vacunación obligatoria para lo cual se les facilitará gratuitamente cuantas vacunas antivariólicas necesiten, bien entendido que exigiré estrechas responsabilidades a las autoridades en el caso lamentable de que apareciera algún brote epidémico de viruela...”.  

En relación al número de vacunas antivariólicas que se solían poner en Bueu tenemos el dato de enero de 1936 en el que el Médico de Asistencia Pública Domiciliaria, Ignacio Lis Lombos, informa a la alcaldía que puso durante el año anterior 211 vacunas (todos los días, de 10 a 13 h, en su despacho y los días fijados previamente en los locales de las escuelas).


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