domingo, 26 de octubre de 2014

“Prohibición de circulación de automóviles, con exceso de velocidad, y con la válvula de escape abierta”
En marzo de 1929, siendo alcalde Camilo Davila, y por ser frecuente al paso por las calles del pueblo de automóviles a gran velocidad (más de 10 km/h) y/o molestando a la vecindad con atronadores ruidos por llevar la válvula de escape abierta es por lo que ha decidido:
1º Notificar una serie de normas, a través del Guardia Municipal Manuel Palmeiro, a los conductores y propietarios de automóviles de este ayuntamiento, los señores Barreiro, Manuel Ríos Pérez, Segundo Filgueira, Benito Estévez, Gabriel Álvarez, José Cerqueiro, Ernesto Piñeiro, Francisco Cabanillas, Alejandro García, Escáneo, Attilio Gaggero e Eugenio Novas Budiño.
2º Publicar estas normas como PROVIDENCIA o disposición preventiva para conseguir seguridad y tranquilidad en las calles del pueblo y así evitar ser sancionados con multas por:
·        Circular a más de 10 km/h por las calles del centro
·   Por producir ruidos o trepidaciones anormales o por non utilizar dispositivos silenciosos

Si a pesar de ser multados reinciden luego la pena se elevaría como “desobediencia a la autoridad”

lunes, 20 de octubre de 2014

A raíz de que el Ayudante de Marina de Bueu ordenara se deshicieran las embarcaciones inservibles que había en la Playa de Bueu para que esta quedara limpia, el periodista de El Adelanto (20-10-1912) aplaude esta medida pero quejándose de que la orden no sea general a todo tipo de embarcaciones, así como a toda la Playa.
A continuación hace una denuncia expositiva de algunos lugares que también sirven de estorbo y son focos, además, de toda clase de inmundicia y enfermedades” como los de la Banda do Río que tiene “en la playa unos rollos de pino, secaderos de pulpo y montones de leña.
Hace hincapié especial en los “secaderos de pulpo en todo tiempo y más en el verano cuando el rico molusco se halla en cura, despide un olor nada agradable ni de muy buen efectoy anima a las autoridades a que se les indique a los “los tratantes sitios mejores para su seca en las diferentes playas de este término, en donde no perjudicaría a ningún vecino por la distancia de punto habitado, ni tampoco obsequiarían a los transeúntes con tal esencia de rosa...

Esto de limpieza e higiene pediremos siempre, machacaremos todos los días, aunque parezcamos pesados, por lo que afecta al ornato público y al interés que tenemos en que el pueblo de Bueu aparezca limpio y se respire aire sano sin peligros de miasmas deletéreas, de tanto microbio como actualmente nos acecha en cada rincón y por cualquier parte del pueblo, sobre todo en la playa, (salvo contados sitios) a donde no es posible mirar sin apartar la vista con asco y fijarse mucho donde se pone el pie...”

Al alcalde le pide que siga las huellas del Ayudante y así convertirá el pueblo de Bueu en una “tacita de plata”.

sábado, 11 de octubre de 2014

El semanario republicano de Pontevedra, Él Combate del 15 de octubre de 1899 en la pág. 2, da la noticia de un naufragio pero quejándose de la actitud de dios ante la desgracia de los pobres marineros en contraposición a la que el periodista supone que tiene con los “patrones de la barca política”. También se lamenta de poca solidaridad con las familias afectadas.
 Transcripción de la noticia periodística:

 “Otro naufragio”
En Bueu ha naufragado una lancha donde iban seis pescadores. Era de noche, y un fuerte y repentino empuje del viento volvió de quilla la embarcación, salvándose los dos marineros que uno a proa y otro a popa iban alerta, y pereciendo los cuatro que dormían en el camarote.
La muerte de estos cuatro infelices debió ser horrible.
Al día siguiente aparecieron en su mismo dormitorio los cuatro cadáveres, contraídos en las formas más violentas.
Dios, que salvó de tanto naufragio a Sagasta, Martínez Campos, Silvela y demás patrones de la barca política, que tanto daño hicieron a España, no quiso salvar a esos cuatro hombres inofensivos y útiles, que se dedicaban precisamente al cumplimiento del precepto bíblico: “ganarás el pan con el sudor de tu frente”.
No hemos de penetrar los designios de una divina providencia que a nuestros profanos ojos se presenta tan caprichosa y anómala, y séanos permitido derramar una lágrima de dolor por esos cuatro mártires de dicho precepto bíblico, y dirigir una mirada de solidaria pena a las viudas y huérfanos de los ahogados.
No podemos hacer otra cosa en esta sociedad injusta.
Los Sres. Massó iniciaron una suscripción a favor de las familias de las víctimas, que alcanza a algunos miles de reales.
Si hubiera cristianos en esta tierra de católicos, ya ascendería a varios miles de duros.

Y no decimos más.