sábado, 22 de febrero de 2014

Comenzaba el año 1901 y España tenía como monarca Regente a María Cristina de Habsburgo-Lorena y como Presidente del Consejo de Ministros al conservador Marcelo Azcárraga. En Bueu el alcalde era Miguel Nogueira Fraguas y el juez de Paz el abogado Joaquín Pimentel dueño del Pazo de Sta. Cruz. Y como que la historia de los últimos siglos está salpicada de episodios más o menos virulentos en la que la relixión está casi siempre en el epicentro de la lucha política polarizada, alrededor destas fechas, entre el conservadurismo[1] y liberalismo[2].
Cualquier ocasión, cualquier medio era aprovechado para la confrontación dialéctica y mucho más si estaban cerca unas Elecciones Generales como la que acabó con el triunfo liberal de Sagasta (1901) y que en Bueu incendió a los más integristas[3], que arropados baijo las ideas de Cándido Nocedal y la revista El Siglo Futuro hacen públicas, en este último medio, sus ideas más “clericales” y conservadoras tal como podemos leer haciendo bandera como máxima del título del libro de Sardá “El Liberalismo es pecado”:

 
[1] Tendencia política o ideológica que defiende el orden social, las ideas, los valores e las instituciones tradicionales (Traduc. de la RAG)
[2] Conjunto de doctrinas o ideas que tienden a asegurar la libertad política y de conciencia frente al poder del Estado (Traduc. de la RAG)
[3] Ya desde finales del reinado de Isabel II.

sábado, 15 de febrero de 2014

Fue la pasada semana de violentos temporales y a punto estuvieron de perecer un pobre marinero y tres criaturas, hijas suyas, con las que había salido a la pesca en un botecito.
Sin poder regresar a Bueu ni arribar a la isla de Ons, mantuvieronse en el mar, próximos a la isla, pasando ímprobos trabajos, achicando el bote noche y día, luchando con las olas durante tres días.
Al amainar un poco el temporal, fue el vapor de los Srs. Massó a buscarlos, trayendo el bote a remolque, y a los casi náufragos a bordo del vapor.

El marinero que corrió estas aventuras, es el conocido, por Nacidas.

sábado, 1 de febrero de 2014

Todos los diccionarios de gentilicios que  conozco[1], donde aparece el topónimo Bueu dan por gentilicio bueuenses, pero....
Hace años que una persona ilustre, veraneante primero y vecino después, llamado D. Antonio Olea Casas me hizo partícipe a través de un amigo común de su inquietud[2] y de las consultas a la Real Academia Española de la Lengua y a la Real Academia Galega como máximas autoridades lingüísticas. De la Real Academia Galega no obtuvo respuesta pero si de la Real Academia Española de la que adjunto copia de la misiva y de la contestación:





[1] Ejemplo: “Diccionario de Gentilicios y Topónimos” de Daniel Santano y León (Edit. Paraninfo 1981 páx. 59), en el “Gentilicios españoles de Tomás de la Torre Aparicio (Edit. Visión, 2006 na páx. 113) o en Diccionario ideológico de la lengua española” de Julio Casares (Gustavo Gili, 1992)

[2] Hasta esas fechas en mis escritos utilizaba indistintamente “bueneses” o “bueuenses” pero con dudas y temor por la posible incorrección de uno de los términos.