miércoles, 21 de noviembre de 2012

Va de cine

Acabo de llegar del ya muy ampliamente reconocido FICBUEU y sin pretenderlo –iba a hacer otras cosas- recordé un artículo de Carballeira y he decidido ponerlo para que conozcáis como se respiraba en cuanto al cine en el Bueu de 1934... 
Pensad que el cine era un género nuevo que no tenía 40 años de edad... y hablaban de "decadencia"... si hubiese sido en el 2012 ¿Cual sería el titular? Ponerlo vosotros...

Transcripción:
SECCIÓN: CRISTALES
 DECADENCIA ACTUAL DEL CINE
 EL PUEBLO GALLEGO       28-11-1934  Pág. 12           
JUAN CARBALLEIRA
  
"Con el cine está aconteciendo como con la Humanidad presente: para ésta, a pesar del exceso de civilización, de progreso mecánico, la vida es mas difícil y turbia y el hombre no es menos abyecto y primitivo, en su acepción peyorativa, que cuando era la última novedad del mundo el velón de Lucena. El cine, cuanto mayor progreso ha alcanzado técnicamente, más parece también haberse retrasado en su designio artístico. Pensando en su ímpetu inicial, la altura preclara que logró escalar rápidamente y las enormes posibilidades con que cuenta, no es exagerado afirmar que el arte del cinema, tal sus rumbos y situación actuales, se halla al borde de una franca decadencia.
¿Es el cine un arte? Vieja y larga ha sido la discusión. Últimamente, Antonio Machado le niega tal categoría, confiriéndole sólo valor como medio didáctico maravilloso, como extraordinario vehículo de cultura. Y sin embargo, aunque el cine no sea capaz de dar un paisaje mental, de crear psicologías, indudablemente que puede  cuajar en un arte, con su nombre propio, su mensaje nuevo y su verdad pura.
Reduciendo la cuestión a sus términos estrictos fácil es observar que esta decadencias del cinema, esta duda sobre su categoría artística proviene, sencillamente, de no ser  fiel a si mismo; es decir, de ser un cine anti-cine, que es como si dijéramos que la música quería ser gramófono. Y este relajamiento, este vicio conturbador, coincide, precisamente, cuando más progresos técnicos alcanza para su servicio. Con la conquista de la palabra, del sonido, nos e ha sabido todavía más anti-cinismo que es dable concebir y que no implica otra cosa que la sustitución de los letreros de antes sin cuidarse que la obligación del cinema es contarlos todo él mismo, por su cuenta y riesgo, sin literatura, escrita o hablada. Un film con letreros abundantes es si duda, un mal film, como igualmente lo es con superabundancia de palabras y revelando, así la impotencia y la incapacidad de lograr con la pura imagen la creación artística. O de otro modo; en el cine sonoro actual, que es modalidad que priva para regocijo de los innumerables seres con más orejas que ojos, en su casi total generalidad, la palabra no sigue la imagen y así el film deviene un híbrido teatro de torpes y limitadísimos valores artísticos.
A lo dicho hay que sumar la lamentable tendencia de convertir todo el cinema en un absurdo motivo de formas teatrales, en su más exangüe expresión externa. Así puede observarse que las mejores películas, en su más enfático desarrollo no representan más que un vulgar teatro fotografiado; acción demorada y aquella lata de diálogos que dejamos dicho. El cine, pues, tal su tendencia actual, no descubre otra cosa que una limitada fuerza creadora, un propósito mimético, una franca decadencia, en fin que le conducirá a una prematura agostación.
¿Pues concebirse esto es un arte que dispone de enormes posibilidades que ha llegado a las masas con un éxito que obliga a una continua superación de facultades? El cinema dígase lo que se diga, ya no es un arte que se halle en mantillas, sino que cuenta ya con suficiente madurez para que pueda exigírsele perfecciones. Al cine, pues, hay que vigilarlo. Establecer en su entorno un aduaneo de crítica rígida que sirva para orientar al público y a la vez valga de estímulo a los productores para realización de un arte que auténticamente merezca el nombre de tal, porque traiga un mensaje nuevo y revele una verdad pura."

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