Estamos en un
momento en el que la política polariza sentimientos. En el que la corrupción
presenta su cara más descarnada. Donde los cantos de sirena arrastran al fondo
de la nada a las ilusiones de miles de personas y, lo que todavía es peor, llevando
tras de sí la esperanza, el futuro de las nuevas generaciones.
Si se pudiera
apostatar de este mundo injusto muchos lo pensaríamos. Hay quien prefiere
esperar a ver si se ‘para el mundo para
bajarse’[1];
y otros, por suerte los menos, no esperan y se tiran con él en marcha.
A pesar de este
panorama hay quien como estrellas de luz refulgen desde que comenzó el anochecer
que nos lleva a la oscuridad. Personas que desde cualquier posición de nuestra
sociedad hacen del respeto, de la solidaridad, del esfuerzo, de la honradez...
principio de su ética diaria.
Quisiera
rescatar del horizonte una apartada estrella que nos sirviera de contraposición
a las noticias que a diario nos dan los medios de comunicación (Y menos mal que
la dan! Pues aun así...) pero la neblina no me deja ver bien... Por lo menos quiero
resaltar un pequeño-gran hecho ocurrido en Bueu:
En enero de 1927 se recibe en la alcaldía una carta
acompañada por una tarjeta-bono “como una demostración de distinción personal”
para viajar gratuitamente en el transporte que realizaba la línea Pontevedra-Bueu-Cangas,
por parte de la empresa concesionaria.
La respuesta del alcalde fue rápida, contundente y con
dosis de amabilidad:
“Muy
Sr. Mío: Devuelvo a Vd. Adjunto la Tarjeta de abonado que en nombre de la
empresa ‘Transporte Automóviles’ han tenido la bondad de remitirme.
Siento no poder aceptar la distinción que
me proponía...”
Nota: Luego de escribir lo que antecede busco el nombre del
personaje protagonista y compruebo que el alcalde de Bueu era Camilo Davila
Davila. Alcalde que, entre otras cosas abrió la Biblioteca
Popular (7-10-1927)[2] y después
creó el cargo de Bibliotecaria[3]; alcalde
que impulsó de forma definitiva la Escuela del Pósito de Pescadores (septiembre
1929)[4]; alcalde
que prohibió a los coches circular por el centro de Bueu a más de 10 km/h para
"conseguir seguridad y tranquilidad en
las calles del pueblo”[5]; nombrado alcalde dos veces[6];
primer Delegado de Orden
Público en 1936; alcalde que fue mentado y señalado por ello y que, al no
soportar acusaciones que él consideraba injustas, se autoexilió en Santiago de
Compostela donde fallece el 26 de diciembre de 1982.
[1] Frase atribuida a Groucho Marx “Que pare el mundo que me bajo”. Otros la
ponen en boca de Mafalda,... yo la había visto en una pintada del “Mayo francés
del 68”.
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