Inicio con esta, una serie de Entradas
en el blog relacionadas con la historia de las epidemias que golpearon a la población,
con la mirada de Bueu.
El recorrido no será cronológico
sino más bien ecléctico, pero que servirá para mostrar las enfermedades
infecciosas más comunes que han tenido impacto en nuestro territorio y, sobre
todo, en nuestras gentes.
Para contestar a esa pregunta ¿Qué
pasa en Bueu?, nos remontaremos a 1924 donde en la página 2 del 9
de octubre, el periódico El progreso que se calificaba como ‘semanario
independiente’ le hacía esta misma pregunta a la Inspección Sanitaria
Provincial. Transcribo el texto: “Hace algunos
días que hemos oído alarmadas noticias referentes a una extraña enfermedad que
venía produciendo víctimas entre los vecinos del hermoso pueblo costero.
Estos
rumores, difusos en un principio, fueron tomando cuerpo a medida que los días
transcurren.
Moradores
de Bueu han afirmado ante nosotros, que el número de atacados por la enfermedad
reinante es con toda seguridad superior a sesenta y que los fallecimientos
habidos estos días exceden con mucho al triple de la mortalidad habitual.
Los
modestos vecinos de Bueu se preguntan a la hora de ahora si su pueblo
pertenecerá a la provincia y si es cierto que existen autoridades sanitarias
llamadas como es presumible pensar a actuar en casos como este. Una inspección
local, otra inspección sanitaria provincial. ¿Para cuándo reservan sus buenos
oficios?
Realmente
resulta extraño que cuando en todo el pueblo se habla de eso con cierta alarma,
las autoridades competentes se encuentren con los brazos cruzados y dejando a
los pueblos inertes ante la temida epidemia.
Dirigimos
estas líneas al Sr. Inspector de Sanidad con la evidencia de que sabrá acoger nuestro
aldabonazo con aquella diligencia que entendemos se merece, persiguiendo, si es
que lo hubo, ocultación de casos sospechosos de contagio. En materia sanitaria,
hasta Marruecos está a nuestra altura.”
No acudo a este artículo para,
salvando las distancias, hacer paralelismos con los momentos que estamos a vivir.
Aunque me sirve para poner de manifiesto que ‘Non hay nada nuevo bajo el sol’
(Nihil sub sole novum) y que a pesar de las mejoras históricas en el
sistema de salud siempre hay y habrá muchas cosas que reclamar. Y desde aquí
reclamo todo lo preciso para la seguridad de TODOS aquellos que arriesgan sus
vidas para que otros podamos vivir. Asimismo, pido todo lo que sea preciso para
aquellos que tratan de ganarle el pulso al COVID-19 y escapar de la siega que este
ha comenzado.
Seguimos en Estado de Alarma
por causa sanitaria, nada que ver con el Estado de Alarma de Zapatero y lejos de
aquellos decretos que sustituían al Estado de Guerra en 1934[1]
y 1935[2]
de Niceto Alcalá-Zamora, etc. Esta vez sí nos jugamos la vida con el mismo. Por
lo que tenemos que seguir siendo responsables.
¡Ya queda menos para salir de esta
pesadilla!
¡Ánimo!
[1]
Gaceta do 26-4-1934 en el Articulo
único “Se declara en todo el territorio nacional, incluso en los de Soberanía, el
Estado de Alarma...”
[2] El 6 de febrero de 1935 prorroga 30 días el
Estado de Guerra, pero en ciertas zonas del país. En otras se sigue con el Estado
de Alarma declarado el 23 de enero de 1935.
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