Non es nada extraña la relación de gentes de Bueu con la esclavitud. A pesar de que los que vamos a citar son los casos
de personas relacionadas con Bueu que están mejor documentados, no son los
únicos. Algunos casos más han sido transmitidos oralmente y se referían non
tanto a tener esclavos en la casa como a traficar con ellos formando parte de
barcos negreros. Algunas de las fortunas del siglo XIX y primero cuarto del s.
XX provenían de esta actividad ilícita. Conocido era el caso de una persona de
Cela que estando en Cuba se dedicaba al tráfico de personas gracias a lo cual compró
muchas propiedades en su parroquia y en el centro de Bueu...
Año de 1562
De Francisco Gago, párroco de
Bueu tenemos constancia documental de que capitaneaba las violentas acciones de
feligreses de Hío, Aldán y Beluso contra los atalayeros de los cercos de Cangas.
Cierto día advertido de que el atalayero Alonso Vidal intentó cortar las redes
de las sacadas del cura e de sus hijos Francisco y Juan se armó con una ballesta
y una espada. Y así, acompañado de su esclavo, con una lanza, fueron detrás de
Alonso Vidal que huyó hacia su barco. Pero el cura entró en el barco detrás del
y quiso que se diese por preso mientras tanto los hijos y el esclavo lo
atacaban con las armas haciéndole una herida en un “braço que le rompieron cuero
e carne e salió sangre...”
A.Reino Galicia Secc. Vecinos Mazo 17465/11, sf.
Año 1698
A través del testamento do abad de Bueu y Comisario do Santo Oficio, Fernando de la Rúa y Freire, tenemos
conocimiento que le había dejado a su sobrino Baltasar Melchor de la Rúa Freire
un esclavo llamado Domingo San José que tenía en su casa. Este “esclavo, mosso alto de cuerpo, con una cruz en
los pechos, al lado derecho y otra en el braço del mismo lado que non se
declara ben; el cual comprara hacía muchos años y como tal esclavo le había
servido en casa fielmente.”
Aunque el testamento ponía que el esclavo le serviría por espacio de cuatro
años, Baltasar Melchor acudió ante un escribano para darle carta de libertad “como si legítimamente le hubiera servido
dichos cuatro años enteros”.
A. H. Provincial de Pontevedra
Año 1830
Esteban
Antonio del Río vecino de Meiro en su testamento dejó varias casas y fincas
en la ciudad de Buenos Aires e una casa en Meiro, así como dinero, acciones,..
Una pequeña parte del capital fue para su sobrino José Antonio del Río e el
resto:
“Declaro ser mi voluntad que mis dos
esclavos José y María queden libres después de mi fallecimiento, encargo a mi
albacea les otorgue en este caso su respectiva carta de libertad. Entregándoles
además todos los muebles y ropas de mi uso, aperos de labranza y cincuenta
pesos a cada uno remunerándoles dese modo sus buenos servicios y encargándoles
continúen prestármelos hasta mis últimos días. Últimamente cedo en favor de
María el Patronato que la Ley acuerda sobre sus hijos y además dono a su hija
Inés cien pesos que mi albacea le entregará de mis bienes [...]
Es mi voluntad que mi albacea reduciendo
todo a moneda metálica establezca y funde con todas las seguridades que exige la
Ley. Yo quiero tres establecimientos a perpetuidad en el lugar de mi nacimiento
la Aldea de Meiro siendo lo principal una escuela de primeras letras; en
segundo un facultativo Médico para asistir gratis a todos os enfermos pobres de
la feligresía y además que exijan su asistencia, y el tercero una capellanía
Eclesiástica con la obligación de decir una misa rezada todos los días festivos
y de misa...”
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