Hace no mucho tiempo me encontré con un sello-moneda supuestamente impreso para su utilización en el entorno do ayuntamiento de Bueu. Hasta ese momento desconocía este tipo de moneda pero decidí hacerme con ella fuese o no verdadera. Luego vería...
Mientras tanto
preguntaba a mis amigos por si algún familiar, ya mayor, tenía conocimiento de
estas monedas. Las respuestas de unos y otros eran negativas hasta que de
pronto apareció una, y luego otra, confirmando la utilización de la misma.
En el primer
caso era de “Chita” que de niña vivía en el barrio de Petís. Cierto día su
madre, Benita, la mandó a comprar a una tienda conocida por “A de Cristina” próxima
a su casa. Le entregó para pagar, un sello pegado a un cartón redondo. La niña
no quería ir con un cartón semejando dinero pues decía que aquello no servía y
que se reirían de ella. Su madre le insistió que no tuviera miedo que sí le
valdrían. Como así fue.
Cuando le enseñé
el cartón-moneda por el lado del sello se le iluminó la cara al recordar algo
que le resultó conocido. No así cuando le mostré el reverso, no le decía nada,
pues no se acordaba de cómo era.
El otro caso fue
relatado por Consuelo o “Telo” (con su hermana Emilia tenían una carnicería en
la calle Eduardo Vincenti), a su nieta Mari Carmen. Le contaba que cuando iba a comprar
ganado para carne llevaba el dinero en un segundo bolsillo que tenía debajo del
escote. Y también llevaba unas tijeras para marcar el ganado y, de paso, “como era mujer”, defenderse si fuera
preciso. Ella decía que hubo una época que normalmente llevaba una gran
cantidad de monedas de cartón y billetes para los pagos...
Resumo do Selo-Moneda o
Cartón-moneda de uso provisional
A causa de la
guerra (1936-39) el metal ´había comenzado a escasear y el gobierno de la
República hizo provisión de metales (cobre, níquel, bronce, oro, plata,...) tan
necesarios para comprar o utilizar en el armamento. Pronto la gente se quedó sin
moneda pequeña para las transacciones diarias y el gobierno tuvo que desistir u
acuñar nueva moneda de valores fraccionarios pero ésta seguía siendo escasa.
Algunos ayuntamientos, colectividades obreras, organizaciones sindicales, etc. llegaron
a emitir también moneda con valores por debajo de los 50 céntimos de peseta.
Sobre todo, pero non solamente, en las zonas de influencia republicana se autorizaba[1]
la circulación transitoria de timbres y sellos adheridos a discos de cartón hasta
que se pudiera acuñar toda la moneda necesaria.
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