Pudo ser pero quedó en…
En el año 1966 se hicieron los trámites para montar una
Cooperativa para la fabricación de muñecas a raíz de un curso del Programa
Profesional Obrera (P.P.O.) sobre muñequería.
El curso, impartido por las monitores del P.P.O, Mª
Dolores Cordobés y Natividad de Miguel, duró 3 meses. Las alumnas fueron 18
mujeres entre las que se encontraban dos monjas, una la Superiora del colegio
Nuestra Señora de Fátima de Bueu, y la segunda una Hermana del colegio de la
Inmaculada de Marín.
Según los periódicos de la época “El resultado no pudo ser más esperanzador, ya que como consecuencia de
ello se va a formar una Cooperativa para trabajar unidos todos las
cursillistas. Quizás sea la primera cooperativa de España en esta modalidad”.
Dado el éxito conseguido en ese curso desde el
ayuntamiento se pidieron más: uno de mecánicos reparadores, otro de auxiliares
administrativos “femeninos” y de electricistas industriales.
¿Pero, qué que ha sido de la Cooperativa? Humo... como en tantos proyectos sobre todo en el
mundo asociativo.
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