La Playa de Bueu, arenal precioso de un
kilómetro de largo surcado por más de tres riachuelos que cómo venas aportaban
los elementos necesarios para que los bivalvos hayan sido abundantes y que
algunas anguilas y truchas se aventuren hasta el río Canudo y el Portela.
También cuentan que hasta reos, otros dicen que truchas “arreadas”, anduvieran
cerca de la Finca del Cura.
Esto ocurrió hasta principios del s. XX donde la playa era utilizada, sobre todo, para echar el arte, descargar el pescado,
secar las redes y subir los barcos. Pero había una demanda entre los industriales
que tenían que ir a otros puertos, Marín fundamentalmente, a descargar
mercancías.
Siendo alcalde Agustín Gelpí Serra se le
concedió a Bueu lo solicitado al gobierno por el grupo de fomentadores de la
salazón: poder habilitar la Playa para el embarque y desembarque de productos
del país. Problema resuelto con con el Real decreto del 22 de agosto de 1872 y
publicado en el Parte Oficial de la cancillería del ministerio de Estado el día
28.
Dado que Bueu no tenía puerto, fue un hito
importante para el pueblo pues aunque tenía las limitaciones de necesitar
autorización de la aduana de Marín, ya recaía la responsabilidad de vigilancia
y control en el puesto de carabineros de Bueu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario