En agosto del año 1900, el coadjutor
de Bueu, D. Manuel Carreiro Martínez es denunciado por el también cura ecónomo
de Sta María de Tourón D. Zoilo Poza Lueiro para que le pague la deuda de 8.018
reales equivalentes a 2.004,5 pesetas (hoy unos 12,04 €) que había contraído
cuando era coadjutor de Mourente.
El dinero se debe por préstamos y
pagos que había facilitado D. Zoilo al coadjutor de Bueu. Se lamenta el señor
Zoilo, que siendo los dos curas tenga que acudir al juzgado y que lo hace por
la “resistencia pasiva” de D. Manuel Sendero.
Lo curioso es que el coadjutor dijo que
no eran ciertos los hechos y que no le debe nada a dicho demandante.
El representante legal de D. Zoilo,
que en todo momento quería solucionar el caso de manera amistosa, ante estos
hechos despliega una larga batería de preguntas donde expone con todo lujo de
detalles, nombres, lugares, motivos, cantidades, todos los préstamos y el
porqué de los mismos (case siempre por dificultades económicas de la familia
del coadjutor o por herencias). Incluso mencionó que de no haberlo ayudado este,
ahogado por las deudas, se iba a marchar para América y que gracias a la ayuda,
como cura y amigo, había podido hacer frente a casi todos los pagos.
Desconocemos cual era la cara que
ponía el coadjutor ante la lectura de los cargos pero sí que se afirmó en sus
primeras palabras de que no tenía deuda alguna con el demandante.
El resultado del juicio posterior a
este acto de conciliación también la desconocemos… “Amigos, sí, pero la vaca
por lo que vale…”
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