Mi confidente, ahora camino de los 90 años, está hablándome de las actividades que realizaba en su infancia y adolescencia. Sin pretenderlo, se mezclaron anécdotas y vivencias que se oían o decían secretamente. Algunas conocidas otras no tanto, pero siempre sorprendentes y de estupor impregnado de dolor.
No hacen falta explicaciones a estas expresiones o frases que cito con la mayor precisión posible (dentro de la traducción):
- Los de la Banda do Río eran comunistas. Pasaban por el ayuntamiento y llevaban una paliza. A el padre de Adolfo G..., gracias a Cerviño no se la dieron.
- Pedro da Ri... llevaba una piel de oveja por debajo (de la ropa) y cuando le pegaban se reía. Cuando se dieron cuenta le dieron una paliza de verdad. Lo llevaron en una parihuela.
- La mujer de Co... decía : “cada ‘rojo que mata mi marido, comemos un pollo”.
- Mi padre y el Méndez que andaban al bou, cuando iban a la mar a las dos de la mañana, muchas veces se escondían debajo de una gamela esperando a que marchara la Funeraria[1] Los colgaban por la boca y los tiraban al mar.
- Una vez, Narciso Barreiro “O Borralleiro”, hijo de Chuco, hermano de la abuela de Berto, estando trabajando al ‘molinete’ cogió un grupo de hombres...
- A la abuela de Berto, le cortaron el pelo...
Todo esto le recordó el hambre que pasara en aquellos años y para mitigarla entre otras cosas:
-
Comíamos
lagarto arnao (arnal);
con un anzuelo lo
pescábamos y le sacábamos la tripa y piel. Luego lo asábamos en una hoguera
como los indios.
- Íbamos a una finca a coger espigas jóvenes. Como la de la Sra Antonia da Nogueira, que tenía el maíz aun nuevo, con leche. Le sacábamos la espiga y la comíamos y caía la leche por la garganta abajo (se le puso una cara de felicidad con solo pensarlo).
- En la de Pimentel (Pazo Stº Cruz) .... cogíamos fresas silvestres.
[1] Nombre que coloquialmente le habían puesto al barco donde trasladaban a la gente asesinada, para tirarlos luego al fondo del mar y así hacerlos desaparecer.
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