viernes, 22 de marzo de 2013

Hay quien soñó… que Bueu

  • Estaba en el  mapa de los pueblos preciosos… de España. Solamente hacía falta que, en su momento, se hubiera puesto en valor lo que iba apareciendo o se conocía.
  • Que las carreteras que sacaron del aislamiento al Morrazo hubieran sido caudalosos ríos de personas ávidas de la belleza y de la cultura.
 Todo se queda oscuro… comenzaron a caminar y… nada más bajar por Xoalde les sorprendieron las vistas de los arenales dunares de Portomaior y Agrelo con un telón de fondo de las islas de Tambo, Ons y Sálvora. Tentados por la naturaleza virgen hicieron su primera parada para sentir en sus propias carnes el masajeante placer de la arena o simplemente para contemplar a escasos metros los arenales surcados por pequeños ríos que desde los montes de Cela se acercan a morir en el mar... Siguen el camino cara Bueu y sin perder de vista el mar, pues no hay nada que se lo impida, ven la estructura, ahora reformada en Casa Rural, de la salazón de Fazzina. Tras un pequeño paseo por el acantilado en curva aparece una ensenada que muestra la tierra con más de un kilómetro playero besada por el mar y bordeada por arregladas casas marineras.
En la bajada a Pescadoira comienza la entrada a un mundo de ensueño de mar y playa. Según el “libro guía” que todos llevan: a la derecha está la salazón de Francisco Rúa hoy convertida en una pequeña y coqueta casa-museo con una amplia sala que sirve de entrada y de exposición con paneles explicativos de todo el proceso de la salga comenzando por el método tradicional gallego de “a moura” o “escochado”. En el primero piso la recreación de la casa-fábrica con la lareira y todos los útiles de la vivienda. En la parte de atrás, en el patio de la casa la verdadera salazón de husos colgantes tal y como fue construída en su momento. Desde aquí podría accederse a la primera salazón en Bueu de un “patriano” (gallego). La salazón de Vicente Freire (1806) ubicada en la conocida Casa de Pin Cabanillas. Sala de husos anclados en el suelo. La casa convertida en casa rural para una familia con estancias museables cómo casa noble.
Desde una de las ventanas, en un abrir y cerrar de ojos se da cuenta de que es al inicio de esa playa donde se encuentra con el entorno del mundo romano, de los primeros siglos de la era Cristiana. En el lado norte se inician unos muros que, de forma case paralela al mar, tienen continuidad con el complejo romano en el que puede apreciarse: una pequeña villa romana, casa con tres habitaciones, horno o alfar, salazón,… exposición con piedras de prensado, molinos de mano, monedas, …y cientos y cientos de fragmentos de cerámicas, cristales, etc. encontrados bajo la superficie de la tierra y puestos en valor. Parecía transportado a un mundo único donde las piezas dan muestra de singularidad, como únicas en el finis terrae peninsular: cuchillo con mango, tapón cerámico con rosca,… 
Alguien con ropa estraña le dice que a poco más de cien metros hacia el centro urbano podría contemplarse otro alfar con exposición de ánforas de distintas tipologías, alguna de ellas que se podrían llamar “tipo Bueu”. Con sólo pensarlo ya se encontraba en el alfar. En la parcela del lado un conjunto de paneles donde se visualizaba la entrada de pueblos germánicos, el asentamiento geográfico en la costa gallega del pueblo suevo, y de un grande panel de la fíbula de oro del s. V encontrada unos años antes en el lugar. Aún se ven, protegidas, las losas de granito y nichos del pequeño cementerio suevo…

No da crédito a tanta cosa y tanta belleza… y eso que acaba de entrar en el pueblo… Va pasando las páginas de la Guía como si fuese una baraja de cartas y en su retina le van quedando imágenes mezcladas con frases...

Isla de Ons: Para disfrutar del placer del paisaje insular, de sus playas, gastronomía… con la visita cultural a su salazón y mosaico romano,... a sus castros, petroglifos, “Laxe do Cura”, …

Cela… románica… del campo… y Ermelo con su monasterio… Iglesia de Bueu… pequeñas capillas que el destrozo de los tiempos (1104 y 1865) desvirtuaron sus modestos inicios.

…desde la Playa se puede ir caminando hacia el sur siguiendo el curso del río hasta el lugar conocido como Paraiso que donde el Abade/Canudo se juntan con el Portela para darle nombre de Bispo… llegamos a Meiro donde podemos ver el Peto de San Antonio de Meiro… por los restos de la Vía Per loca Marítima (camino Real o Brea)…  a los molinos del alto del Canudo y hacer la bajada…

 Pero que pasa?... la “Guía de Bueu” comienza a desaparecerle de las manos. La belleza de las casas marineras comienza a elevarse y desfigurarse,… el mar y la playa inician un alejarse poco a poco hasta desaparecer… Una pesadilla hace que lo que estás viendo apenas tenga identidad con su pasado, que sus gentes tampoco se identifiquen con este, que la uniformidad haga crecer las viviendas… que la Playa no sea el eje, que… que…

El dolor y tan grande que despierto y me encuentro con Bueu… ese Bueu que cada año se ha mudado con estilos que no lo identifican… un Bueu donde la huella fabril ha dado paso a “otras cosas”… Ni mejor ni peor. Es otro  Bueu que nos vuelve a hacer soñar y enamorar cuándo miramos cara el mar y su horizonte…  cuando tratamos con sus gentes… o cuando conocemos y respectamos su pasado.

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